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Franco Rella y Remo Bodei, dos pensadores contra el mito de la posmodernidad

Los filósofos italianos creen que la ética contemporánea carece de valores absolutos

Franco Rella y Remo Bodei, dos pensadores italianos llegados a Madrid para compartir con sus colegas españoles Jorge Wagensherg y Eugenio Trías, y con el francés Jean François Lyotard, la preocupación por definir, intuir o al menos apuntar las categorías que definen el presente, verán en los próximos meses traducidas al español Metamorfosis. Imagen del pensamiento (EspasaCalpe) y Hölderling. Sobre lo trágico (Visor). Ambos se declaran apartados de la corriente filosófica que teoriza la posmodernidad, y que Vattimo bautizó como pensamiento débil.

Sus intervenciones en el ciclo Pensar el presente han sido seguidas con expectación e interés.Remo Bodei, catedrático de Filosofía de la universidad y de la escuela normal superior de Pisa y profesor invitado de diversas universidades europeas y americanas, mantiene una dedicación especial en torno a cuestiones relacionadas con el idealismo alemán, la estética y aquellos sistemas que sostuvieron el pensamiento utópico en el siglo XX. Sobre la posible existencia de la latinidad como fermento de iniciativas filosóficas, artísticas o políticas, Bodei no parece del todo optimista: "No creo en la existencia de lo que llaman psicología de los pueblos. Creo en las tradiciones. La latinidad tiene una matriz católica y sólo colateralmente protestante. Las tradiciones se guardan en la sociedad civil. La latinidad es un fenómeno horizontal, pero la estructura de poder, las jerarquías, no se ven contaminadas por el mismo sentimiento".

Franco Rella, catedrático de Estética de la universidad de Venecia, interesado en la dimensión mítica y psicologista del conocimiento, dota de un mayor campo de posibilidades al mundo latino: "Con el inicio del siglo nace el mito de la mediterraneidad con la ayuda de poetas, arquitectos y músicos. Su raíz es la Grecia clásica, su mitología prefilosófica, un cierto concepto del cambio: la mutación sin catástrofe. La entrada de la gran poesía española e italiana, el mundo árabe, han dado lugar al nacimiento de un pensamiento estético, cuyo componente más importante quizá sea la fruición".

Tercia Bodei: "La fruición ligada a la sensación, a la tensión por las cosas, es un saber de los sentidos, fruto de las tradiciones. Por ejemplo, yo creo que el color en la pintura holandesa nace por contraste intelectual; en la mediterránea, el color no es reflexionado, sino, para decirlo de alguna forma, es él quien reflexiona".

Rella opina que en el presente "se está vislumbrando una ética no referenciada en valores absolutos."El sujeto contemporáneo debe entenderse como un hombre de frontera, del límite, que tiene que aprender a vivir construyendo valores mutantes, como Proust quería, elaborando un saber para la vida. El tiempo de la modernidad es una frontera ética y política".

Transición

El campo de la creación, particularmente próximo a las preocupaciones de Franco Rella, "vive un período de transformación en el que es necesario rediseñar el paisaje, quizá en la dirección que señala Italo Calvino, y que ya está presente en la poesía de Montale. Vivimos en una tierra de nadie. El mismo fenómeno es previsible para la filosofia, que se hará caminando. Será una cartografía construida a ras de tierra, más parcial, pero sin duda más rica"."Este mundo", interviene Bodei, "nos pertenece, podemos construir lo que nos apetezca -edificios filosóficos o de hormigón-, pero ¿por qué no dejar espacios verdes? Estamos permanentemente en el camino".

Disipación

"Esto no es un elogio de la disipación", añade Bodei; "el único problema es de orientación (sabiduría). Descartes proponía tirar en línea recta en caso de encontrarse perdido, pero ¿por qué no girar en torno? Es bello perderse, pero también reencontrarse cambiado".Alrededor de la polémica sobre el concepto de posmodernidad, Rela apunta que "la supuesta posmodemidad siempre es definida con referencias a los grandes pensadores de la modernidad. Lyotard o Vattimo los citan continuamente. Es hora de calmar el paso para ver de nuevo las cosas. El cambio no puede ser la simple sustitución del pathos trágico del moderno por otro de carácter frívolo". Bodei remarca: "No redescubramos todos los días el mundo. No es sólo cuestión de realizar un collage con el pensamiento de los modernos. Si admitimos la existencia de un paradigina posmoderno, también es cierto que estamos en vías de llegar a otro".

Por mordaz e irónica merece la pena trascribir la anécdota de Flaubert que cuenta Bodei, al hilo de su opinión sobre la filosofia ecologista. Decía el autor de Madame Bovary: "Cuando me tumbo en un prado siento que una ensalada me crece en el estómago".

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