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Los pies en Venezuela y la cabeza en Euskadi

Los confinados de ETA confían en la negociación

ENVIADO ESPECIAL "Tenemos los pies en Venezuela y la cabeza en Euskadi", afirma en Caracas un activista de ETA. Los ex miembros de la organización y los deportados en Venezuela sienten nostalgia de su tierra y frustración por el fracaso de las negociaciones con el Gobierno. No obstante, reafirman que la única solución es una salida colectiva basada en la negociación política."No hay más salida que la negociación política", asegura un activista que ya lleva años en Venezuela. "Nos han ofrecido la reinserción y la hemos rechazado", continúa, "porque no admitimos una salida individual sino colectiva". El etarra enfatiza: "No vamos a olvidar nuestras reivindicaciones históricas después de tantos años de lucha".

La organización reclama fundamentalmente el derecho de autodeterminación de Euskadi y la salida de los presos. A la pregunta de que todas esas reivindicaciones podrían negociarse sin asesinatos, el activista de ETA responde con un puñetazo en la mesa y fríamente: "Qué importan algunos muertos si el Gobierno no quiere negociar. A nosotros nos castraron desde niños al obligarnos a seguir una educación españolista y tratando de que olvidáramos nuestros orígenes como pueblo vasco y nuestra lengua. Te hostiaban si pronunciabas una palabra en euskera. ¿Eso cómo se llama?".

Algunos de ellos aseguran que el Gobierno español está presionando con medidas ¡legales para que los etarras se acojan a la reinserción. El consulado español está negando el pasaporte a algunos de ellos, a pesar de que no tienen ninguna reclamación judicial española. Los que se encuentran en esta situación están esperando esa documentación para regresar a España, donde tienen a su esposa e hijos, apartados ya de la organización aunque fieles a sus reivindicaciones.

Venezuela está estrechamente ligada al País Vasco, y probablemente sea el país que mayor colonia de Euskadi acoge de toda Suramérica.

La Compañía Guipuzcoana recibió el monopolio del comercio exterior en Venezuela y fue la primera oficina de negocios extranjera abierta en este país. Fuentes de la Embajada española afirman que los vascos son considerados en Venezuela "gente emprendedora y valiente; lo vasco es admirado". A la colonia de comerciantes y negociantes vascos se unió la emigración posterior a la guerra civil y la económica. La colonia vasca, según fuentes de la embajada, es arraigadamente nacionalista, apoya a los círculos etarras y ha sido en algunas ocasiones su fuente de financiación. La mayoría de la colonia vasca evita el contacto con la sede diplomática española, salvo ahora mismo, a causa de unas ayudas económicas que está ofreciendo el Ministerio de Trabajo a emigrantes en situación difícil.

Acogida de la colonia vasca

Venezuela ha acogido a muchos etarras que salían de Francia por considerarse quemados como activistas o simplemente porque abandonaban las armas y no querían regresar a Euskadi a través del proceso de reinserción.En los primeros años de la década de los ochenta llegaron a reunirse en Venezuela cerca de 150 activistas de ETA. Actualmente residen en este país cerca de 25 ex etarras, además de los seis deportados por Francia en 1984 y los 11 enviados ahora desde Argelia.

Los etarras se han integrado en el país, aunque diariamente escuchan las noticias procedentes de España y están continuamente pendientes de su regreso a Euskadi. La amplia acogida de etarras en Venezuela fue producto de un acuerdo tácito con el Gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1984), quien los aceptó bajo el compromiso de no realizar actividades políticas.

Los ex activistas disponen de libertad de movimientos, aunque son controlados por la DISIP y el DIM, los servicios de información de la policía y el Ejército, respectivamente.

Algunos han montado sus propios negocios, aunque la mayoría son asalariados en comercios de los círculos vascos. Unos viven en Caracas, mientras otros están dispersos por el interior, fundamentalmente en el Puerto de la Cruz, Valencia y Barcelona.

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