Rechazado el testimomo de los padres de un acusado que creen culpable a De Paula

La Sala Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz desestimó ayer durante el juicio del caso De Paula la propuesta del fiscal Jaime Ollero, encaminada a que prestasen testimonio en la vista oral los padres del procesado José Raúl Robles, uno de los agresores de José Gómez Carrillo. A éste se le atribuían relaciones con la esposa del torero Rafael de Paula cuando, en 1985, fue herido por dos jóvenes. Al torero se le acusa como inductor de un delito de homicidio frustrado.El matrimonio Robles considera a De Paula como el organi zador de la agresión que sufriera José Gómez Carrillo, y en este sentido José Robles aseguró ayer que "De Paula es el responsable de todo esto, el que tenía que ir a la cárcel, pero ya, desde ahora". Según Robles, un hermano del torero le manifestó, tras la detención de su hijo, que no se preocupase de nada, "que todo lo pagaba De Paula y que no buscase abogado defensor".

El hermano de uno de los agresores de José Gómez Carrillo, declaró ayer haber recibido amenazas del socio de uno de los procesados, gerente de la empresa donde trabajaba y de la que finalmente fue despedido.

En la sesión de ayer prestó declaración, entre otros, Enrique Hernández, hermano de Oswaldo, autor material de la agresión a Gómez Carrillo. Hernández afirmó que Juan Vergara, socio del empresario de Éibar Enrique Vidarte, procesado en esta causa, le dijo que su trabajo, en la empresa de congelados de la que éste es gerente, "pendía de un hilo, y de lo que declarara su hermano ante las autoridades". Asimismo señaló que fue despedido por negarse a vigilar y espiar a su hermano, para lo que Vergara le proporcionó una grabadora.

Contradicciones

Estas manifestaciones resultaron contradictorias con las que anteriormente había expresado el propio Vergara. El presidente de la sala, Gonzalo Morales, ordenó entonces un careo entre ambos, en el que los dos testigos se ratificaron. Enrique Hernández se mostró muy seguro y contundente en sus afirmaciones, mientras que Vergara se limitó a negar los hechos que le imputaban.Al juicio no asistieron varios de los testigos citados, y en especial, Simón Carreño Sánchez, considerado por el fiscal como "esencial para el esclarecimiento de los hechos y para el éxito de la acusación del ministerio público". Carreño, al que se le atribuye ser un hombre del empresario madrileño Manuel Chopera en Salamanca, será citado para que declare el lunes. Una vez terminada la sesión de ayer, José Manuel Jareño, defensor de Oswaldo Hernández, anunció que pedirá la suspensión del juicio, si a la prueba pericial que se practicará el lunes no asiste el médico que curá las heridas a Gómez Carrillo. Según el letrado, el forense Germán Flores emitió un parte en el que se decía que las heridas de Carrillo "curaron en 21 días, necesitando dos días, dentro de los 15 primeros, de asistencia facultativa" y que estuvo impedido de realizar sus ocupaciones habituales durante 10 días.

Este informe, junto a la opinión del médico que atendió la urgencia, son, según Jareño, esenciales para demostrar la levedad de las heridas que sufrió el agredido, y rebajar a una simple falta lo que ahora se estima como un delito de homicidio frustrado.