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FERIA DE SAN ISIDRO

Rechazados los toros de Benítez Cubero

Los veterinarios rechazaron en el reconocimiento de ayer, por falta de trapío, los seis toros de Benítez Cubero que se iban a lidiar esta tarde. La empresa puede optar por traer otros toros de esta misma divisa o sustituirlos por otros de distinta ganadería. El festejo de hoy es el único con ceremonia de alternativa de la feria. Quien se doctora es Juan Cuéllar, un diestro que ha toreado en muchas ocasiones en Las Ventas, donde ha alcanzado varios éxitos, que hoy piensa repetir. Cuéllar se despidió de novillero en el cuarto festejo del el pasado día 16.

El padrino es Curro Vázquez, que con esta su tercera actuación se despide de la feria, en la que, según opina, el público ha estado duro con él. Completa la tema el portugués Víctor Mendes, que hace el primero de sus tres paseíllos.Juan Cuéllar se considera más que preparado para la alternativa. Estos son sus argumentos: "Le he visto la cara al toro porque he matado novillos de 500 kilos repetidas veces en Las Ventas e incluso toros en algunos pueblos". Precisamente sus triunfos en Las Ventas son los que, en su opinión, le han hecho acreedor de doctorarse en la feria y con un cartel de lujo. "Siempre que Chopera me llamó, acudí a la cita", explica, "en algo habría de notarse".

El toricantano, que estará acompañado por cientos de seguidores de su pueblo y de las múltiples peñas que tiene en la región, presume de haber sido uno de los pocos novilleros que no ha puesto dinero para torear. "Eso tenía una contrapartida", añade, "no entrar en muchas ferias, lo que era injusto, pero mucho más injusto es pagar por jugarte la vida".

A pesar de no figurar en los carteles de otras ferias que no fuesen las que se celebran en la Comunidad de Madrid, Cuéllar acabó la temporada de 1988 en el primer puesto del escalafón novilleril y con el mejor promedio de orejas cortadas por festejo. Su ambiciosa meta es alcanzar como matador de toros el mismo éxito: "Comprendo que es muy dificil, porque además de ser buen profesional, hace falta mucha suerte. Yo, al menos, me encargaré de los primero"

Suerte es lo que le ha faltado a Víctor Mendes en lo que él denomina su año negro, y que empezó durante la feria de San Isidro de 1988, cuando se cayó de un avión ultraligero, causándose fuertes lesiones de las que tardó dos meses en curarse. Después sufrió varios percances con los toros, impidiéndole redondear una temporada en la que había firmado más de 80 contratos.

La mala fortuna ha continuado este año, en el que los toros ya le han dado varias volteretas. La última fue hace 15 días en Nimes y aún lleva un fuerte vendaje en el codo derecho, que se quita para torear.

Siempre accidentado

"No es que sea un mal torero, y por eso esté siempre accidentado", dice, "todo se debe a una pésima racha, pues en mis primeros años de matador de toros, cuando sí era peor torero que ahora, no sufría tantos golpes".

El portugués, que posee una cultura y una facilidad de palabra inhabitual en los toreros, explica que este mal año debe ser para compensar el de 1987: "Ese fue maravilloso, mi mejor recuerdo es la tarde que corté tres orejas en la feria de San Isidro".

Es consciente de que el público le va a pedir que banderillee, lo que promete hacer, pese a la lesión del codo: "Es uno de mis puntos fuertes y comprendo que se me exija. Somos profesionales y si decidimos salir a la plaza es con todas las consecuencias".

No obstante, el portugués quiere abandonar poco a poco los carteles de matadores-banderilleros, aunque continúe banderilleando, porque cree que los empresarios les echan los peores toros. "Soy un buen muletero", indica, "pues, por ejemplo, las orejas de la feria de hace dos años las corté por mis faenas con la muleta. Pero sólo lo puedo demostrar cuando me enfrente a toros con garantías, como los que voy a matar en este abono, y eso nunca ocurre en los carteles de banderilleros".

El repetir el triunfo de 1987 le obsesiona hasta el punto de que asegura que daría todo el dinero que ha ganado hasta ahora, -"que no es mucho, ¿eh?,", señala, «pues los toreros tenemos muchísimos gastos"-, con tal de salir de nuevo por la puerta grande.

Finaliza matizando su anterior expresión con una irónica sonrisa aclaratoria al respecto: "No sería una mala inversión, ¿verdad?. Porque ya lo ganaría con creces después, en el resto de mis actuaciones españolas, francesas y americanas tras este nuevo triunfo ".

Si Curro Vázquez quiere ser tambjen triunfador en la actual feria deberá apretar hoy, ya que es su última oportunidad en la misma. Para ello deberá superar, además de las dificultades de los toros, el clima en su contra que, según él, hay ahora en Las Ventas, y que entiende perfectamente.

"Sí, porque, aunque parezca una paradoja, el público de Madrid me quiere mucho", señala, .sabe que puede deleitarse con mi toreo y me exige si no les doy esos buenos momentos que otras veces líe ofrecido. Si pensara que soy un mal torero pasaría de mí y no me pitaría tanto".

Vázquez razona que no ha triunfado en sus dos anteriores tardes porque los toros que lidió, de Martínez Benavides y Manolo González, salieron muy malos: "Aunque una parte del público no lo supo ver".

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