El Gobierno argentino estudia establecer un control de cambios y renegociar vencimientos
, ENVIADO ESPECIAL, El Banco Central de la República Argentina (BCRA) decretó un cierre bancario y de cambios para lunes y el martes mientras el Gobierno radical y el Frente Justicialista y Popular (Frejupo), vencedor en las elecciones del domingo 14 de mayo en Argentina, mantienen su negociación. El Frejupo ha propuesto establecer un control de cambios mientras la tasa diaria de inflación se aproxima al 2%. La propuesta desencadenó dimisiones entre los funcionarios económicos radicales
El dólar, estabilizado la semana preelectoral en 100 australes por unidad, cotizó al cierre del mercado el viernes pasado a 172 después de sobrepasar los 200 australes por dólar en la jornada, y los intereses para pequeños depósitos se situaron en el 70% semanal, comparado con el 60% de una semana antes. Los intereses pagados a grandes depósitos han superado la barrera del 130% semanal.Entre tanto, el vencimiento de 24.850 millones de australes -248,5 millones de dólares- de deuda interna bajo la forma de bonos denominados Tacam II ayer tiene al Gobierno entre la espada y la pared.
La Casa de la Moneda necesitaría 10 días para emitir el volumen de billetes necesario para atender el vencimiento. Sin embargo, los 2.500 millones de australes que se emiten diariamente son absorbidos en términos netos por el sistema bancario para atender el pago de intereses.
Los intereses atrasados de la deuda externa suman 3.000 millones de dólares, mientras el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha hecho la propuesta a Argentina de un crédito puente. Para colmo de males, el Gobierno radical aspiraba a refinanciar el déficit público mediante la suscripción de un bono voluntario, pero las grandes empresas, que deberían acudir a esa refinanciación, muestran poco interés en hacerlo. Los dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) señalaron que no tomarán ningún compromiso económico con el actual Gobierno si no está pactado con el futuro presidente justicialista.
Los hombres de la UIA firmaron en vísperas de las elecciones un acuerdo de paz social con la Confederación General de los Trabajadores (CGT) hasta el 15 de junio, dando espacio político al previsible futuro presidente, precisamente para reubicarse frente al justicialismo.
Pacto económico
De esta forma, tanto los empresarios como el propio ministro de Economía radical, Juan Carlos Pugliese, generan una fuerte presión hacia un pacto económico para los siete meses hasta el cambio de mando presidencial y el estreno del nuevo Parlamento. Pero, si bien las partes se encaminan hacia el pacto económico mientras se desarrolla la negociación política entre Alfonsín y Menem, los rumores indican que podría haber eco a las presiones visibles de los empresarios para que haya un cambio anticipado de Gobierno.Menem y sus asesores habían sido claros al respecto. Mientras Alfonsín señala que tiene un compromiso constitucional inviolable hasta el 10 de diciembre, el presidente electo no está dispuesto a apelar a mecanismos de crisis -anticonstitucionales es la calificación que merecen aquí- para adelantar el relevo, consciente de que el precedente podría ser usado en su contra en el futuro y no necesariamente en un proceso electoral, sino para provocar elecciones anticipadas.
La negociación económica de la transición se hará, por tanto, sobre una pértiga enjabonada con un abismo por debajo. La naturaleza del programa que el justicialismo lleva a esas reuniones fue detallada por el principal asesor económico del peronismo en el equipo de transición, Eduardo Bauzá, que milita desde hace 17 años en el círculo político de Menem.
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