Los rejoneadores que torean hoy se sienten discriminados
El octavo festejo de la feria significa la aparición en la misma de los rejoneadores, que también tienen su público y han logrado colocar, como los toreros de a pie, el cartel de no hay billetes. Estos profesionales se quejan de discriminación porque aseguran los Henos, al igual o más en muchos casos que sus compañeros de a pie, y sin embargo sus honorarios son muy inferiores.Tres sevillanos, Rafael Peralta, Antonio Ignacio Vargas y Curro Bedoya, y un madrileño, Manuel Vidrié, el único que ha sido contratado para dos tardes, componen el cartel. Los toros son de la ganadería de Martínez Benavides.
Vidrié se muestra muy contento de ser el único rejoneador que actúa en dos ocasiones en la feria: "Me enorgullece doblemente, en mi calidad de torero y en la de madrileño". Aunque estima que estas contrataciones no se deben a méritos de paisanaje, sino que se las ha ganado en el ruedo con sus anteriores triunfos.
No se siente por ello el número uno, ni siquiera figura, y con modestia, ironía y sentido del humor precisa que "será porque caigo simpático a mis paisanos". Un sentido del humor que le abandona cuando aborda el tema de la discriminación: "Es posiblemente una de las mayores injusticias de la fiesta, aunque la mayoría de nosotros somos en parte culpables por aceptar torear en malas condiciones".
El madrileño asegura que él es una excepción y que sólo torea si le pagan lo que exige, aunque comprende que haya compañeros que no tienen su fuerza. Vidrié, que se muestra sorprendido por tener que enfrentarse a toros de Martínez Benavides, inhabituales en estos festejos, presentará en Las Ventas a Zamorino, su nuevo caballo, al que ya montó en Sevilla y Jerez. Brandy y Buenasuerte serán los caballos que debuten en Las Ventas con su jinete, Curro Bedoya, que discrepa con Vidrié a la hora de valorar la conveniencia de lidiar toros de Benavides. "Yo los veo con mucha movilidad y, por tanto, adecuados para rejones".
En lo que coincide totalmente con el madrileño es en la discriminación que sufren. "Somos un chollo para los empresarios", expone, "porque ellos suelen cobrar a los espectadores lo mismo que cuando actúan los toreros de a pie y, sin embargo, nuestros emolumentos son muy inferiores". Añade que, además, ellos tiene muchísimos gastos para mantener la cuadra de caballos: "Y aún todavía más en mi caso, ya que no dispongo del dinero suficiente para tener mi propio camión de transporte y he de alquilarlo".
Mejor rejoneo que nunca
Vuelve a discrepar con Vidrié en la solución al problema: "Sólo con unión entre todos lo conseguiremos, y desgraciadamente no somos capaces de hacerlo". Aunque finaliza con una nota de optimismo: "Menos mal que hoy se rejonea mejor que nunca y el espectáculo cada vez tiene más interés, lo que nos ayudará algo". Más escéptico se muestra Vargas: "La injusticia que se comete con nosotros es tan grande como nuestra inutilidad a la hora de unirnos para buscarle solución". El sevillano, que también confía en el juego de los toros de Benavides por su movilidad, opta por otra vía, la individual. "Vamos a ver", comenta, "si repito mi salida a hombros, como en 1988, para coger más fuerza y exigir algo más a los empresarios".
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