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SANIDAD

Un nuevo fármaco que ya se utiliza en España puede reducir a la mitad la mortalidad del infarto

Unos 200 enfermos aquejados de infarto agudo de miocardio han podido ser tratados, en casi 30 hospitales de toda España, con un nuevo fármaco disolvente de los coágulos sanguíneos, según el laboratorio que lo comercializa en España desde hace algo más de dos meses. El remedio puede reducir a la mitad la mortalidad por esta enfermedad, según estudios preliminares, juzgados insuficientes por varios expertos. El medicamento, presentado en el Reino Unido con gran expectación, se administra precozmente tras el infarto en medio hospitalario mediante una inyección, y tiene un precio cercano a las 100.000 pesetas. Unas 170 personas sufren un infarto cada día, y muere un 15% de los que sufren el accidente.

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El medicamento causa expectación en el Reino Unido

El complejo activador estrepto-quinasa-plasminágeno anisoila do (APSAC) es un preparado, modificado por ingeniería genética, de las enzimas con las que el organismo se defiende de la formación de trombos dentro del aparato circulatorio y es, según Juan Tamargo, catedrático de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, uno de los fármacos denomina dos "trombolíticos de segunda generación" y "que se suma a los remedios ya existentes como son la uroquinasa y la es treptoquinasa". Estos medica mentos, según Pedro Zarco, jefe de servicio de Cardiología del hospital Clínico de Madrid, -uno de los dos centros espa ñoles donde se ha ensayado el fármaco, junto con la Ciudad Sanitaria La Paz, también en Madrid- "ya habían demos trado resultados muy acepta bles", refieriéndose a la reduc ción de hasta un 4051. de la mor talidad del infarto cuando se emplean en pacientes seleccionados. El nuevo medicamento, que se encuentra en el mercado con el nombre de Iminase, comercializado por los laboratorios Beecham, recibió la autorización para su lanzamiento a finales de febrero pasado, según Javier Urcelay, director de marketing de la firma. El APSAC fue comercializado en pri mer lugar en la República Federal de Alemania y se utiliza, además de en España, en Bélgica, Holanda y Portugal, según Urcelay. Se encuentra en trámi te de aprobación en Francia, Italia, Suiza, Grecia, Austria y Estados Unidos.

El APSAC se administra en las seis horas posteriores a la aparición de los síntomas de in farto en una dosis única intra venosa con 30 unidades. Según Tamargo, que explica que los estudios realizados hasta ahora arrojan resultados similares, con una reducción de la mortalidad que ronda la cifra del 50%, se puede conseguir la recanalización de la arteria obstruida por el trombo si no han pasado cuatro horas desde que ocurrió el accidente vascular en las arterias que alimentan el músculo cardiaco. El coste de esta inyección es de 96.000 pesetas, frente a las 19.000 pesetas que cuesta uno de los productos que están en el mercado, la uroquinasa, según el catedrático. El elevado precio se justifica por "la obtención muy costosa del producto", en opinión de los fabricantes y de Tamargo ya que se consigue mediante ingeniería genética, y ha sido cuestionado por The Lancel en un editorial. La incógnita, según la prestigiosa publicación británica, sólo se verá resuelta cuando se dispongan de más datos, concretamente de los resultados de un estudio norteamericano en curso que compara la estreptoquinasa con el APSAC. Una de las ventajas aportada por este medicamento sobre la estreptoquinasa es que mantiene la actividad de disolución de trombos de cuatro a seis horas, tal como se comentaba en un editorial de la misma revista.

Tiempo insuficiente

Varios expertos consultados por este periódico consideran que no ha transcurrido suficiente tiempo y no se han completado el número adecuado de estudios para llegar a resultados concluyentes sobre la eficacia del nuevo medicamento.En España, la mitad de. los fallecimientos ocurridos por infarto ocurren en las seis primeras horas tras el inicio del ataque, según estudios recientes. Otros trabajos señalan que la mortalidad en ese periodo puede llegar a tres cuartas partes de los infartados. La mortalidad global por este accidente registrada en un estudio multicéntrico de 31 hospitales españoles el pasado año fue de un 14,5%. España es el país del mundo, después de Rumanía, que ha registrado un mayor crecimiento de muertes por lesión de las arterias coronarias, en los últimos años, según la Organización Mundial de la Salud.

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