Julio Aparicio corta tres orejas en Nimes
Bizet no pensaría, sin duda, llegar tan lejos. Pasar de la ficción a la realidad. Carmen se salía del reino de Talia y acompañaba en el paseíllo a un torero de carne y hueso, sevillano por más señas. La banda, espléndida, enfundaba chaqueta roja y se tocaba con canotier. Fue el preludio al sacrificio de seis toros en el anfiteatro romano de Nimes.Julio Aparicio, que asumía solo el compromiso de enfrentarse en novillada matinal a seis enemigos, hubo de combatir con otros dos imprevisibles: el viento y la invalidez de algunos de ellos. El levante que sopló en la feria de Jerez era una suave brisa en parangón con el mistral de La Camargue. Así, obviamente, no se puede torear. No obstante, en los fugaces momentos de calma, la muleta de Julito parecía de terciopelo. Por esos instantes y por el desahogo con que despachó la novillada lo premiaron, con generosidad, con tres orejas (una en el primero y dos en el quinto, de Torrestrella, al que se dio la vuelta al ruedo). La generosidad en el premio no equivale necesariamente a incompetencia. El público de Nimes es entendido, exigente, respetuoso con los toreros y enormemente expresivo, tanto en el encomio como en la reprobación. Se puede oír sonora bronca a un picador por taparle la salida a un toro. También, como en la corrida del sábado, le gritaban a Cepeda: "Cajga la suegte".
La afición francesa
Escribió José María de Cossío, hace más de 40 años, que la afición francesa "es menos sensible al arte, a la poesía de las formas que a la maestría, a la intrepidez espectacular". Supongo que desde entonces este público ha experimentado una gran evolución. El domingo demostró una gran sensibilidad ante la poesía que recitó en les Arènes Julio Aparicio. Sensibilidad a un toreo que a causa del mistral no pudo ser hondo sino superficial y pródigo en adornos, remates, es verdad que plenos de garbo.La afición a los toros en Francia está alcanzando cotas insospechadas. Todo gira en la feria de Nimes alrededor del toro. Hasta tres espectáculos diarios se celebran algunos días. Las primeras páginas de la Prensa regional reproducen a todo color fotografías de lo acontecido en el ruedo. Los escaparates de las librerías exhiben la ya copiosa bibliografia en francés sobre la materia. A ver si por el Midi vamos a salvar la fiesta. ¡Sería chusco!
Babelia
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