El diestro madrileño Juan Cuéllar se despide de novillero
El diestro madrileño Juan Cuéllar torea esta tarde por última vez como novillero en Las Ventas, donde ha conseguido bastantes éxitos. Cuéllar forma parte de una combinación de lujo, que completan Enrique Ponce y José María Plaza, también triunfadores en la Monumental. Lidiarán novillos de Martín Peñato, que lleva tres años consecutivos triunfando igualmente en este coso. La expectación es máxima 3, se ha puesto el cartel de "no hay billetes"Cuéllar, 19 años, contará con la presencia de multitud de seguidores de su pueblo, Colmenar de Oreja. A ellos y al resto de los aficionados de Las Ventas, a los que considera los más entendidos, quiere ofrecer un éxito todavía mayor que los que ha alcanzado en diversas ocasiones anteriores. "Sí, porque he cortado orejas", agrega, "pero no he salido nunca por la puerta grande. Unas veces por mis fallos con la espada y otras porque el presidente de turno se negó a otorgar el segundo trofeo, pese a la insistente. petición que hubo".
El colmenareño se queja de que estas orejas obtenidas en Madrid no le sirvieron para entrar en las grandes ferias. Aduce que eso se debe a que nunca ha pagado por torear, y añade: "No creo que sea lógico jugarte la vida y encima pagar. Ahora bien, tal y como está montada la fiesta me consta que es lo habitual. Allá la conciencia de cada uno".
A pesar de no entrar en esas ferias, Cuéllar consiguió ser el novillero con mayor número de actuaciones, con 40 tardes, en las que cortó la importante cifra de 81 orejas, de la que se muestra muy orgulloso. "La mayoría de mis actuaciones han sido en Madrid y sus pueblos", señala, "y ahí salen novillos de 500 kilos, más grandes que los toros que se lidian en tantos otros sitios".
No muy lejos de ese peso están los novillos de Martín Peñato que saltarán hoy a la arena. Su trapío ha sido valorado positiva mente por los aficionados que los han visto en la Venta del Batán No obstante, el ganadero piensa que "lo importante es que tengan casta y fuerza".
Casta y fuerza que demostraron en años anteriores, lo que hizo que alguno de los presidentes le comentaran que con sus novillos, que nunca se caen ni son protestados, daba gusto estar en el palco. En cualquier caso sus triunfos en anteriores ciclos isidriles no le sirven a Martín para hacer pronósticos: "Con las reses bravas sólo se está seguro del pasado, nunca del futuro, ni siquiera del presente, dado su carácter cambiante a lo largo de la lidia".
Asegura que su único secreto es desechar mucho en los tentaderos. El ganadero casi no lidia toros "porque algunas figuras, sobre todo las más jóvenes, no los quieren", según dice, para señalar después a Roberto Domínguez como un matador que las pide porque se encuentra a gusto frente a ellas. Se conforma con saber que son los preferidos de las figuras de la novillería.
La madurez de Ponce
Ponce se ve más maduro que en la pasada feria de otoño, cuando logró excelentes faenas malogradas con el estoque. "Esta madurez me ha ayudado a coger el sitio a la hora de matar", afirma, "y creo que ha llegado mi hora de cortar orejas en Madrid". Al diestro no le importa el tamaño de los novillos y explica su fórmula para poderles: "Se les somete bajándoles la mano".El diestro, 17 años, ya va pensando en su alternativa porque piensa que desde que debutó con caballos ya ha intervenido en cerca de 50 festejos con picadores. "La idea que tengo, compartida por mi apoderado, Luis Álvarez, es la de doctorarme al final de esta temporada porque si no tengo percances llegaré a esas fechas con otras 50 novilladas".
Plaza, 19 años, iba a tomar la alternativa en esta feria pero al final no fue así: "El primer sorprendido soy yo, porque aunque la tome Cuéllar, de lo que me alegro, también podía hacerlo yo". Se resigna y dice que hará méritos ante unos novillos con los que ya triunfó en el abono de 1988. "Me gustan", indica, "porque se adaptan perfectamente a mi estilo clásico".
Babelia
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