Olivier Messiaen, entre nosotros
Con la interpretación espléndida de la sinfonía Turangalila (1948) y el Himno (1942) por la Sinfónica de RTVE, dirigida por Odón Alonso, se incorpora a Madrid a la rueda de homenajes que, en todo el mundo, recibe Olivier Messiaen con ocasión de sus 80 años. Hace exactamente 40 que el músico de Avignon nos visitó por vez primera, en compañía de Ivonne Gloriod -con la que se casaría en 1962-, invitado por el Instituto Francés. En octubre de 1974 volvió para el estreno aquí, por la misma orquesta y director que la han interpretado ahora, de su monumental Turangalila, después de que la Nacional hubiera estrenado Chronochromie y Pájaros exóticos, y se tornaran bastante frecuentes las audiciones de otras piezas, así como la versión concertística de San Francisco de Asís, dada en el Festival de Otoño de 1986.Estas líneas de pequeña e incompleta historia quieren significar que, afortunadamente y en contra de lo que sucede en otros casos, la personalidad de Messiaen, clave de la contemporaneidad, es bastante conocida entre nosotros. Nunca se dirá con más verdad que estamos no ya frente a una personalidad clave de los movimientos contemporáneos, sino ante una de sus principales fuentes.
Orquesta Sinfónica de RTVE
Director: Odón Alonso. Pianista: Yvonne Gloriod. Ondas Martenot: Jeanne Gloriod. Obras de Messiaen. Auditorio Nacional. Madrid, 11 y 12 de mayo.
Influencias
Basta pensar que de las aulas de Messiaen salieron Boulez, Stockhaussen, Henry Xenakis, Mefano, Constant, Kelemen, Ballif, Jolas, Levinas, Bayle, Tona Scherchen y Georg Benjamin, y entre los españoles, Blanquer, Ibarrondo, Guinovart, Carra o Barrientos, para medir la influencia de Messiaen directa y a través de su Técnica de mi lenguaje musical. Una enseñanza nada " messiaénica", como graciosamente apunta Claude Samuel, pues quienes la siguieron andan esparcidos por el mundo y cultivan estéticas tan varias como libres y universalistas.Todos los autores coinciden al considerar la sinfonía Turangalila como una cima que se alza majestuosa en el centro de toda la obra de Messiaen (Halbreicht). En la sinfonía se funden muchas líneas maestras del pensamiento, el lenguaje y el estilo de Messiaen: imaginación sonora, potencia expresiva, feria de colores y de ritmos, tratamiento orquestal por masas bien diferenciadas, diálogo entre culturas, todo cuanto hace de la música de Messiaen "un pozo de materias en fusión", como dice Stockhaussen, nos muestra la novedad sustancial de un creador. Turangalila es el capítulo mayor de los que Messiaen denomina Trilogía de Tristanes (junto a Harawi y Cinq Rechants), cuya idea-fuerza es "el amor a escala cósmica".
El Himno sonó como importante antecedente, y el público se entusiasmó con las incitaciones de este arte convulsivo.
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