Olivier Messiaen: "Mi compositor preferido son los pájaros"

La segunda cadena de Televisión Española (TVE) retransmitirá esta tarde en directo el concierto que la Orquesta Sinfónica de RTVE, bajo la dirección de Odón Alonso, ofrecerá en el teatro Monumental de Madrid con un programa monográfico dedicado a Olivier Messiaen. Por otra parte, el domingo por la mañana, en el Círculo de Bellas Artes, tendrá lugar un recital con una obra del genial compositor francés, que con su visita a Madrid convierte en triple este doble acontecimiento musical. Messiaen, de 80 años, responde con dos palabras a la pregunta de cuál es su compositor favorito de este siglo: "Los pájaros".

La Sinfonía Turaganfila, escrita entre 1946 y 1948 para la Orquesta Sinfónica de Boston y estrenada en 1949 por la prestigiosa batuta de Leonard Bernstein, será precedida en el concierto de hoy por una obra de juventud, Himnos (1932). El domingo por la mañana, la soprano Sigune von Osten y la inseparable mujer del compositor, Ivonne Loriod, interpretarán Harawi (1945), ciclo para canto y piano de una hora aproximada de duración.Se ha escrito que Messiaen es el compositor más importante entre Ravel y Boulez. También, que el tiempo demostrará su superioridad sobre ambos y le convertirá en el heredero francés de Debussy. Para muchos, incluso es el compositor vivo más importante. A la pregunta de si no se siente el divo de los creadores musicales actuales responde sorprendido: "¿Yo, una vedette? En absoluto. Soy muy sencillo. Hago música porque me gusta".

Lleva puesta una de esas camisas que podrían tener de marca el nombre del compositor. Camina despacio, con dificultades. No abandona la boina, y una inmensa cartera, casi un bolso, llena de papeles y partituras. "La música ha cambiado mucho, después de la incorporación de la electroacústica, sobre todo en la ampliación de nuevas sonoridades, pero no se ha deshumanizado como algunos indican. Todo lo contrario. Ha incorporado nuevos elementos que la hacen más rica y compleja".

Concepción religiosa

Tanto la Sinfonía Turangarila como el ciclo Harawi son dos maneras diferentes con que el maestro ha querido penetrar en el mito de Tristán e Isolda, a través de la formación para gran orquesta y de los cantos "del amor y la muerte". Su concepción del amor es religiosa. "Yo soy católico, creyente, cristiano. Creo en ello como en la música". La política no le interesa "en absoluto"."La ópera San Francisco de Asís es mi composición preferida. Hablo en ella del amor, del cielo, de la naturaleza, de todos mis temas predilectos. El canto, la utilización de la palabra mediante la voz, son para mí muy importantes". Hace tres años se escuchó en Madrid este trabajo monumental, en el marco del festival de Otoño. Le apunto que jamás un compositor vivo ha recibido una ovación semejante en el Teatro Real. Actualmente prepara una obra de grandes dimensiones por encargo de la Orquesta Sinfónica de Nueva York.

Habla con cariño de los músicos de la generación posterior, casi todos alumnos suyos. "Tanto Boulez, como Stockhausen, Xenakis o Luis de Pablo son maravillosos". Al preguntarle cuál es su compositor preferido del siglo XX, su respuesta es clara: "Los pájaros".

Continúa investigando en las diferentes métricas, en la utilización del ritmo. Messiaen señala la diversidad de métodos en la composición actual: "Hay muchas escuelas y muy diferentes. Necesitamos perspectivas históricas para ver qué caminos irá tomando la música desde aquí a fin de siglo".

A sus 80 años, el compositor de Avignon, todo un símbolo de la música y de la cultura del siglo XX, conserva, a pesar de su delicado estado de salud, una impresionante lucidez. Al dejarle en la sala rodeado de niños, atento a las evoluciones del ensayo general, y salir a la calle, es posible pensar que "el tiempo de la utopía" o que "la ilusión de traspasar las barricadas del conocimiento" (como afirmaba Boulez refiriéndose a la música de Messiaen) están más cercanos.