Sánchez de Lozada se proclama vencedor de las elecciones de Bolivia
ENVIADO ESPECIALEl candidato oficialista a la presidencia de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, se proclamó ayer vencedor de las elecciones del domingo, pese a que los cómputos parciales y extraoficiales le situaban en un virtual empate con su principal contendiente, el ex general golpista Hugo Bánzer. Los analistas, sin embargo, coinciden en otorgarle mayores posibilidades a Sánchez de Lozada debido a que aún faltan por computar los votos rurales, tradicionalmente favorables al gubernamental Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
El triunfador deberá alcanzar un acuerdo con otros partidos para lograr el poder en el Congreso, encargado de seleccionar al presidente si ninguno de los candidatos supera el 50%.
Hasta el mediodía de ayer (anoche en España), cuando se había hecho el recuento extraoficial de cerca del 50% de los votos, la Acción Democrática Nacionalista (ADN), de Bánzer, llevaba un 25,4%, contra un 25% del gubernamental MNR, de Sánchez de Lozada, pero cada nuevo recuento acercaba mas a este último a la primera posición.
En tercer lugar se encontraba el socialdemócrata Jaime Paz Zamora, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria-Nueva Mayoría (MIR), con un 20,7%. A bastante más distancia, el populista compadre Carlos Palenque, con un 9,3%, y la Izquierda Unida, de Antonio Araníbar, con un 6%. Estos resultados extraoficiales fueron ofrecidos por una cadena de medios de comunicación que montó un gran dispositivo privado de recuento, ya que los datos oficiales tardarán más de 20 días en conocerse. Según el MNR, su candidato logrará el triunfo por un 26,8% contra un 24% de ADN. El Parlamento, de 130 diputados y 27 senadores, deberá elegir al presidente entre el 4 de agosto, fecha de su instalación oficial, y el 6 del mismo mes, día de la Independencia, en que se traspasa el poder.
"Ha sido el triunfo de una nueva generación y busca consolidar la estabilidad con democracia", dijo el candidato oficialista al proclamarse vencedor, mientras algunos de sus asesores lloraban de emoción.
