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La revolución musical

El 'pop' occidental se introduce en la Unión Soviética

Amparados en la apertura política, los jóvenes de la Unión Soviética han descubierto la música pop en un mercado que edita cada año 200 millones de discos. Los Beatles, Peter Gabriel y Michael Jackson son los nuevos ídolos de esta juventud, que ha comprado 400.000 unidades del disco ruso de Paul McCartney. Es el aspecto musical de la perestroika, que "mantiene las barreras económicas", según afirma Valery Vasilyevich, director general de Melodía, única empresa discográfica de la Unión Soviética.

Valery Vasilyevich bebe ginebra con tónica, fuma rubio americano y recuerda encantado su estancia en Barcelona. Es el director general de Melodía, única empresa discográfica existente en la Unión Soviética, resultante de la fusión en 1964 de todas las industrias del disco soviéticas para crear un monopolio. Sus contactos en España pueden hacer que, en los próximos dos años, una empresa discográfica importe discos soviéticos por valor de 60 millones de pesetas. "Editamos 200 millones ole discos al año y más de 1.000 nuevas referencias. Tenemos ocho estudios de grabación repartidos por todo el Estado, con el fin de grabar músicas de las 1,93 diferentes nacionalidades, cada una con su cultura propia. También disponemos de ocho fábricas, 28 almacenes de distribución y 42 tiendas que dependen de Melodía. En los próximos años tenemos que llegar a 150 tiendas".El concepto de música popular en la Unión Soviética ha cambiado en los últimos años. "Se ha producido una auténtica revolución", afirma Valery Vasilyevich. "La glasnost ha permitido que grupos prohibidos salgan a la superficie, aunque la música pop que hoy realizan músicos soviéticos todavía es muy poco conocida en Occidente". Adentrarse en la situación de la música en la Unión Soviética significa retroceder 20 años en comparación con el mercado occidental. El precio medio del disco es de 500 pesetas, mientras el cine cuesta 200, y un libro, de 800 a 1.000 pesetas. El mercado de casetes está menos desarrollado, y el precio de una cinta virgen alcanza las 1.000 pesetas. En todas las casas se instala un hilo musical con sólo dos canales, lo que motiva a los jóvenes a comprar aparatos de radio para escuchar emisoras europeas.

Nuevos ídolos

Por este medio llega a la URSS la música de los nuevos ídolos de la juventud soviética: los Beatles, Michael Jackson, Madonna, Sting, Peter Gabriel, Dire Straits, U2 y Sabrina. En Moscú, un disco de estos artistas puede alcanzar las 20.000 pesetas, cantidad inalcanzable para la mayoría, cuyo sueldo es de 30.000 pesetas mensuales.Esta nueva demanda ha significado la aparición de cooperativas que graban a músicos soviéticos, aunque la fabricación continúa monopolizada por Melodía. También proliferan pequeños talleres caseros que piratean discos occidentales para comercializarlos en formato casete, pues la posibilidad de publicar oficialmente discos de estos artistas es todavía remota: "Es un problema de divisas", dice Valery Vasilyevich. "Sólo podemos trabajar con acuerdos de intercambio, aunque el cauce puede ser que artistas occidentales graben en Moscú a cambio de ceder nuestros derechos para la publicación en todo el mundo".

Un sistema parecido se ha utilizado para el lanzamiento del disco ruso de Paul McCartney. Grabado en Londres y con nuevas versiones de clásicos del rock and roll, el antiguo miembro de los Beatles sólo cedió sus derechos para la Unión Soviética, donde ha vendido más de 400.000 ejemplares. En el mercado occidental, este disco alcanza una cotización cercana a las 30.000 pesetas. "No esperábamos", afirma el director de Melodía, "que iba a despertar tanto interés en el extranjero. Hemos querido aumentar la tirada de este elepé, pero McCartney no lo permite".

Otro proyecto que ha alcanzado gran repercusión ha sido la publicación en la Unión Soviética de un doble elepé cuyos derechos irán destinados a la organización Greenpeace. Por 2.200 pesetas, el aficionado soviético puede escuchar a los músicos occidentales más populares antes que en el resto del mundo. La tirada de este disco ha sido de tres millones de ejemplares, que se distribuirán posteriormente por Europa y América. "El mecanismo de la aceptación de la música occidental en la Unión Soviética es incomprensible, porque afecta a una cantidad enorme de jóvenes", afirma Valery Vasilyevich. Según el director general de Melodía, las barreras ideológicas están rotas y sólo permanecen las económicas. Valery Vasilyevich se despide con una pregunta: "¿Cree usted que el rock desaparecerá pronto y dará paso a una música más romántica?". Mientras tanto, en los muros de Leningrado las pintadas de Scorpions se alternan con las que proclaman: "Long live to rock and roll" ("Larga vida al rock and roll").

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