Hoguera de ropa
Llevamos siete meses viviendo dentro de la sociedad española como estudiantes y jamás habíamos visto aquí una manifestación tan bárbara e irónica como la del miércoles pasado: la reducción a cenizas de 2.000 camisas nuevas.Entendemos la rabia del presidente de Cartier y su campaña de desenmascarar el fraude. Pero quemar ropa delante de los ojos de un país con un 18% de paro, un país cuya gente pobre necesitará urgentemente prendas de vestir..., eso no lo entendemos.
Si Alain-Dominique Perrin hubiese mandado una destrucción de las etiquetas dentro de esas camisas con el propósito de regalarlas a una organización española de caridad habría hecho algo positivo y honrado para la imagen de la marca Cartier.
Esperamos que Cartier pida perdón público y que haga un ofrecimiento de sus camisas a alguna organización de caridad española-
Estudiantes de Tufts University. Intercambio con la
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