España obtiene de Argel la expulsión de seis 'etarras'
JUAN JOSÉ ECHEVARRÍA, El Gobierno español ha obtenido de las autoridades argelinas la expulsión de seis etarras que se encontraban en aquel país magrebí, tres de los cuales (Antxon Etxebeste, Ignacio Arakama Mendía y María Belén González Peñalva) encabezaron la representación de ETA en las fracasadas conversaciones con el Gobierno español. Estos tres activistas, junto a Juan Manuel Soares Gamboa, Ángel María Iturbe Abasolo y José María Gantxegui, fueron expulsados ayer de Argelia a bordo de un avión Hércules de la Fuerza Aérea Española y trasladados a Santo Domingo, capital de la República Dominicana, donde estaba previsto que llegasen a última hora de ayer (hora local).
Tras la ruptura de la tregua entre el Gobierno y ETA, el Ejecutivo solicitó la cooperación con Francia y Argelia para que presionasen a los etarras que se encuentran en sus respectivos países. El secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, voló a la capital magrebí para entrevistarse con las autoridades de aquel país en la tarde del pasado día 12, horas después del asesinato del guardia civil José Calvo de la Hoz, primera víctima mortal de ETA tras la ruptura de la mesa de Argel.Fuentes de Interior señalaron ayer que, en aquella entrevista, Vera expuso la situación tras la ofensiva que ETA protagonizaba, iniciada el día 7 en Irún, cuando al joven José Rubio le explotó un paquete bomba dirigido a un policía vecino suyo. El secretario de Estado para la Seguridad pidió a las autoridades argelinas "medidas concretas" contra ETA, según añadieron estas fuentes.
Estos medios añaden que el Gobierno argelino, "conocedor de las conversaciones mantenidas entre el Ejecutivo español y ETA", informó a Vera el día 13 que estaba dispuesto a expulsar a seis etarras, entre ellos los tres que participaron por parte de la organización terrorista en la mesa de conversaciones. El secretario de Estado para la Seguridad permaneció en la capital argelina hasta que obtuvo una respuesta en firme. El número de etarras expulsados y la composición de la lista de afectados fue decisión de las autoridades magrebíes, según recalcaron ayer las fuentes de Interior informantes.
En un Hércules
La decisión argelina del día 13 quedó pospuesta hasta que el Gobierno español facilitase todos los medios para hacer efectiva la expulsión, entre ellos la búsqueda de un nuevo país para los deportados. Las gestiones con la República Dominicana, "iniciadas hace meses, se concretaron telefónicamente en los últimos días", según las fuentes mencionadas. El embajador dominicano en Madrid, Juan Casasnova, se negó ayer a contrastar este extremo.
Finalmente, un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Española con los seis etarras deportados despegó a las 10. 15 de ayer del aeropuerto de Argel con destino a Santo Domingo. El avión hizo escala en las islas Azores antes de reemprender vuelo a la República Dominicana. En la aeronave viajaban, junto a los seis activistas, funcionarios policiales españoles y miembros de la seguridad militar argelina, servicio que se ha encargado de la custodia de los deportados de ETA en Argelia desde su llegada al aquel país.
Las autoridades dominicanas guardaron ayer un hermetismo absoluto sobre la llegada de los deportados. No obstante, a primera hora de la madrugada de hoy (hora peninsular española) algunas fuentes indicaban de forma oficiosa que la llegada de los etarras era esperada "en breve" y que se iba a producir en el aeropuerto militar de San Isidro, próximo a Santo Domingo. El ministro de Asuntos Exteriores dominicano, Joaquín Rodrigo, dio a entender la posibilidad de que la estancia de los activistas en su país sea temporal: "Podría ser que nuestro país sirva en este sentido de escala. Estaríamos prestando una colaboración para una situación que es sumamente delicada para un gobierno amigo". Rodrigo agregó: "No digo que sea así; digo que podría ser", según informa desde Santo Domingo María José Razkin. La embajada de España no quiso facilitar ningún dato.
Al parecer, el hermetismo oficial se debe a las órdenes dadas por el propio presidente dominicano, Joaquín Balaguer, de no dar ninguna información al respecto, según fuentes citadas por la agencia Efe.
Antxon Etxebeste ya estuvo deportado en agosto de 1984 en la República Dominicana, donde llegó procedente de Francia, vía Venezuela, tras su detención por no tener la documentación en regla. Etxebeste permaneció en Santo Domingo casi dos años residiendo en un lujoso apartamento bajo vigilancia de agentes del Departamento Nacional de Investigación. Este departamento es el máximo órgano de seguridad del Estado y depende directamente del presidente de la república.
Argelia ha ido recibiendo desde hace dos años a miembros de ETA expulsados por Francia, dentro de los acuerdos entre los dos países y España, y a activistas refugiados allí por propia iniciativa. Actualmente, la cifra de etarras acogidos en el país magrebí se aproxima a los 40. Fuentes de Interior no descartaban ayer que Argelia prosiga en un futuro con más expulsiones de activistas.
Los seis deportados son: Antxon Etxebeste, quien encabezaba la delegación de ETA en las conversaciones con el Gobierno español; Ignacio Arakama Mendía, Makario, y María Belén González Peñalva, Carmen, participantes también en la negociación y miembros del más sanguinario comando Madrid; Juan Manuel Soares Gamboa, también del comando Madrid; Ángel María Iturbe Abasolo, Ikula, hermano del fallecido dirigente de ETA Txomin Iturbe, y José María Gantxegui Arruti, Peio, responsable de la captación y organización de los comandos de información e infraestructura de la banda. La decisión de incluir en las conversaciones con el Gobierno a Makario y Carmen se debió, según observadores del proceso, a la presión de los sectores más duros de la organización terrorista para garantizar sus posiciones.
Respaldo argelino
La decisión de expulsar a los activistas tomada por Argelia fue valorada ayer en medios oficiosos del Ministerio del Interior como un claro respaldo del Gobierno magrebí a la posición española en las conversaciones mantenidas con la organización terrorista, tras cuya ruptura, se cruzaron acusaciones sobre el fin de las mismas entre la banda armada y el Ejecutivo español. Estos medios indicaban ayer que el Gobierno argelino conoció en todo momento, en su calidad de mediador, las conversaciones y el frustrado desenlace de las mismas.
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