"Calmar las pasiones", prioridad del próximo presidente yugoslavo

MIRJANA TOMIC, ENVIADA ESPECIAL" Consolidar la situación política y calmar las pasiones, crear un sistema económico eficaz" en condiciones de integrarse en el espacio económico europeo y competir internacionalmente constituyen las prioridades políticas del futuro presidente de la presidencia colectiva yugoslava, Janez Drnovsek, quien asumirá su cargo el 15 de mayo.

El primer miembro de la presidencia yugoslava en ser elegido por un referéndum en competencia con otro candidato, el representante esloveno en el máximo órgano del país, convocó ayer en Litibliana, capital de Eslovenia, una conferencia de prensa para los corresponsales extranjeros, inaugurando así una nueva práctica en la comunicación con la opinión pública intemacional.En presencia de más de 50 periodistas, Drnovsek contestó a todas las preguntas pero dio pocas respuestas, lo que era de esperar, puesto que como presidente de un órgano directivo será el primus inter pares, y no será fácil que el joven líder, de 31 años, realice su programa político y económico en un país donde los conceptos acerca del futuro desarrollo político son diametralmente opuestos.

De ahí que Drnovsek, quien prometió en su plataforma electoral la inclusión de Yugoslavia en el Consejo deEuropa, rehusó responder claramente qué entiende por pluralismo político. "Es imposible hablar en Yugoslavia del pluripartidismo, porque ese concepto implica inmediatamente a la cuestión étnica". Por ello es necesario "consolidar primero las relaciones étnicas" para poder abrir el diálogo sobre el pluralismo político. Según Drnovsek, la política tendría que disminuir su influencia en la economía, y Yugoslavia debería "crear un sistema financiero que pudiera competir en el sistema financiero internacional".

Janez Drnovsek, político de nuevo estilo, que habla cuatro idiomas, castellano incluido, prácticamente anónimo para la opinión pública nacional e internacional hasta su elección el 2 de abril, tendrá una tarea dificil: imponer el. uso de la razón en un país donde el diálogo político no existe y el intercambio de acusaciones e insultos forma parte de la comunicación política habitual.