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El objetivo de déficit públíco cero en 1992 enfrenta a varios miisterios con Hacienda

Desde hace aproximadamente un mes, los subsecretarios y secretarios generales de los distintos ministerios han comenzado las reuniones preparatorias de los Presupuestos del Estado para 1990. Hacienda ha llevado a las reuniones el documento sobre el escenario presupuestario y macroeconómico 1989-1992 ya enviado a las Cortes el pasado año y en el que se rija un objetivo de déficit público cero en 1992. Sobre esta meta se han producido los primeros desacuerdos, dado que en algunos ministerios se la considera demasiado ambiciosa.

En una orden ministerial del pasado mes de febrero, se sefíala que la base de discusión de los presupuestos para 1990 son los mencionados escenarios presupuestarios, aunque ya en la Secretaría de Estado de Hacienda se trabaja en su actualización para el cuatrienio 1990-1993. Fuentes de esta secretaría señalan que los escenarios difícilmente pueden variar en líneas generales dado que los grandes programas de gasto en infraestructuras ya están comprometidos y tienen un efecto prolongado en el tiempo.La discusión en esta primera toma de contacto se ha centrado en el objetivo de déficit público cero para el año 1992. Algunos ministerios consideran, en primer lugar, que el mencionado documento no es oficial, dado que no fue aprobado por el Gobierno, sino que se envió a las Cortes directamente desde el Ministerio de Economía como documentación complementaria a los presupuestos de este año.

Según esta postura, el objetivo de compensar los gastos con los ingresos del Estado en una línea descendente hasta 1992 aparece como demasiado ambicioso en un país como España que todavía presenta importantes carencias tanto en infraestructuras como en servicios públicos y que en sólo tres años no podrán situarse "a niveles europeos". Se argumenta también que España es uno de los países comunitarios cuyo déficit público es el más bajo, por lo que este objetivo no debería situarse en primer plano.

La postura contraria plantea, sin embargo, que una reducción del déficit público aparece como uno de los instrumentos más importantes de saneamiento de la economía española, dado el peso que este desequilibrio ejerce sobre el conjunto de la actividad productiva. En cualquier caso, se considera que esta meta es"una decisión política", ya que desde el punto de vista técnico "sólo se trata de ajustar las cifras", señalan algunas fuentes.

Incertidumbres

Todo parece indicar que se pueden registrar muy pocos avances en las próximas reuniones sobre los objetivos presupuestarios para el próximo año, dado que en 1989 existen importantes incertidumbres sobre el comportamiento de las cuentas del Estado. Por la ver tiente del gasto, está todavía por concretar el recorte presupuestario derivado de las tres medidas sociales adoptadas por el Gobierno con el apoyo de parte de la oposición y que han sido evaluadas en 197.600 millones de pesetas. También está por ver si se llega a algún acuerdo en la mesa de empleoy si se adoptan medidas que supondrán, como han señalado los responsables de Hacienda, un nuevo recorte en los presupuestos de este año.Por el lado de los ingresos, la incertidumbre no se despejará hasta que se elabore un nuevo impuesto sobre la renta y el patrimonio y se pueda calibrar la previsible disminución en la recaladación fiscal.

En el documento que sirve de base a esta primera aproximación a las cuentas del Estado para los próximos años se ,fija para 1990 un déficit no financiero del 1,8% del producto interior bruto; el 0,9% el siguiente año; y el 0,12% en 1992. El déficit global, es decir, contando el financiero, presenta un objetivo del 2% en 1990; el 1,04% en 1991 y el 0% en 1992.

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