Un empresario ocupado
Cuando el magnate de los negocios inmobiliarios Harunori Takahashi estaba en trámites de comprar un edificio de oficinas en Nueva York el año pasado, invitó a comer al broker Michael D. Oh en un lujoso restaurante de Tokio. Oh llegó a la cita y fue conducido a un reservado. Media hora después llegó Takahashi a la cita, y tras los saludos de rigor y una pequeña charla de cinco minutos se marchó. A la media hora volvió, pero por unos instantes solamente. Para mayor sorpresa de Oh, el magnate volvió por tercera vez y cerró el acuerdo de compra.El broker Oh comprendió al final: Takahashi había estado haciendo tratos con tres personas al mismo tiempo y en tres restaurantes distintos. Para él era la forma habitual de llevar sus negocios. Así ha conseguido transformar en 12 años una pequeña empresa de electrónica en una gran compañía con unos activos calculados en siete millones de dólares.
Su empresa, EIE International Corp, está en fase expansiva, con una política de compras agresiva y rápida como pocas. Algunos expertos advierten que Takahashi puede tener problemas financieros, sobre todo valorando la importancia de su deuda, de siete millones de dólares. Pese a ello, no parece que este hombre de negocios japonés vaya a cambiar de forma de actuar empresarialmente. Sobre todo si tenemos en cuenta cómo organiza su agenda.
15 de abril
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