El ministro de Economía argentino, Pugliese, convoca a los lideres políticos para "negociar un acuerdo base"
Cuando aún no se han cumplido dos semanas desde que asumió Juan Carlos Pugliese, el viejo maestro de la política que reemplazó al técnico Juan Sorrouille al frente del Ministerio de Economía, todos los indicadores saltaron nuevamente, sin que los funcionarios puedan explicarse las razones. Los precios de la llamada cesta de la compra, que incluye los alimentos de consumo básico para la población, subieron más del 100% de promedio en sólo cinco días. El ex ministro del Interior y actual asesor del candidato radical para la presidencia de la nación, Antonio Troccoli, reconoció que lo único que queda por hacer "es rezar".A poco menos de 30 días del 14 de mayo, cuando deben realizarse las elecciones generales, el país está virtualmente paralizado y en quiebra. Argentina no paga siquiera la mitad de los intereses de su deuda externa desde el pasado mes de abril, no hay inversiones públicas o privadas de importancia todos los índices revelan un descontrol absoluto de la economía. La inflación, que había sido sometida bajo presión a un promedio inferior al 10% mensual desde noviembre, fue del 17%, en marzo, y la proyección, según el cálculo oficial, es superior al 22.% en abril.
El ministro de Economía del Gobierno argentino, Juan Carlos Pugliese, que asumió su cargo hace sólo 15 días, convocó a los líderes de todos los partidos políticos a un "acuerdo básico" para que la transición "no se convierta en una experiencia traumática". En un mensaje al país, difundido por la cadena nacional de radio y televisión, Pugliese reconoció la gravedad de la crisis y dijo que "estamos ante una situación de emergencia, no se puede esperar hasta el 15 de mayo". Las nuevas medidas económicas anunciadas por el ministro suponen otro "ajuste sobre el ajuste". Las tarifas de los servicios públicos aumentaron un 14% y se creó un impuesto sobre las exportaciones industriales y agropecuarias calculado en un 30%.
El Banco Central unificó el mercado de cambios, y las importaciones se pagarán a partir de ahora según la cotización que tenga el dólar norteamericano cada día. En la práctica, esta medida supone una devaluación del 40% de la moneda argentina. Ayer se cumplió otro "fériado cambiario" para permitir que los operadores se adapten a esta nueva modificación de las normas, la tercera en dos meses.
Estabilidad salarial
El único indicador económico que se ha mantenido fijo es el salario. En su discurso, el ministro Pugliese admitió que "una correcta política de ingresos no puede omitir los salarios", pero advirtió también sobre "la responsabilidad que deben asumir los trabajadores y empresarios". Con tono dramático Pugliese dijo que no se proponía "abatir la inflación de un golpe", y que sólo deseaba "contribuir a calmar los ánimos". El ministro reconoció, además, que "algunas de las cosas que debo hacer constituyen para mí un trago amargo".El mercado de cambios registra también la fiebre de especulación con el dólar norteamericano, que se cotizaba a 17 australes en los primeros días de febrero y el pasado jueves se vendía ya a 60 australes por unidad. En la población se advierten signos de desesperación. Los que trabajan en relación de dependencia depositan sus australes en distintos plazos para que el dinero les rinda un poco más cada semana. Pero ninguna estrategia individual resiste el alza incontenible de la inflación.
El relevo del técnico Sorrouille, que había calmado los mercados durante 48 horas cuando se anunció su reemplazo por Pugliese, fue una medida que no produjo el efecto deseado. El propio Pugliese admitió su fracaso: "Apelé al corazón y me contestaron con el bolsillo".
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