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Las muertes provocadas en el hospital de Viena ascienden a 49, y son cinco las enfermeras involucradas

El caso de los asesinatos del pabellón 5 del hospital Lainz, en Viena, está tomando di mensiones inesperadas. El número de los in volucrados en los crímenes aumenta, y también las víctimas. Las cuatro enfermeras acusadas de haber asesinado a 49 pacientes han denunciado a una quinta autora, una yugoslava, que posiblemente se haya fugado a su país de origen. Existen rumores de una sexta cómplice .La policía declaró que debe comprobar con cautela si tambien habían participado en los hechos , por que podría tratarse de un acto de venganza de la jefa de las enfermeras , Wiltraud Wagner

La policía vienesa, que investiga día y noche este caso de crímenes en serie, el mayor en la historia europea desde 1945, había revisado hasta la tarde de ayer dos años de fichas clínicas y listas de fallecidos del pabellón 5 en los ordenadores. Se teme que el número de víctimas ascienda hasta 200, según in formaba ayer el matutino Die presse.[La denuncia de una enfermera de origen chileno ha permitido descubrir este asunto informa France Press. Dora Ferrada-Avendano, de 38 años, manifestó a un médico hace un año sus sospechas sobre la muerte de una paciente, lo que dió lugar a una discreta investigación. Por otra parte, el consejero municipal de Sanidad de Viena, Alois Stracher, informó ayer del cierre temporal del departamento donde han ocurrido los hechos, y anunció la puesta en marcha de un servicio de información para los familiares, mientras un equipo de sicólogos ha empezado a trabajar para tranquilizar a los pacientes, informó ayer Efe.]

Mientras, en el hospital Lainz, el ambiente es de histeria, miedo e incertidumbre, tanto en el personal médico y auxiliar como en los pacientes. Los familiares de pacientes interna dos hacían cola ayer para sacar a sus enfermos, algunos de lo cuales no se dejaron tratar por personal de ese pabellón. Los enfermos habían salido a los jardines del hospital a tomar el primer sol primaveral, y uno de ellos comentaba a un familiar: "Ahora me quedo aquí, porque mientras dure la investigación estaremos seguros".

El personal se encontraba molesto y desconcertado, ya que todos los que han trabaja do en Lainz en los últimos siete años son ahora investigados por la policía. Otro familiar de un paciente comentaba: "Éste es otro escándalo a la austriaca Este país es como el tren fantasma de un parque ole atracciones, en cada esquina, un susto grande", refiriéndose al caso Lucona, en el que tuvieron que dimitir el ministro del ]Interior y el presidente del Parlamento por haber protegido aun prófugo de la justicia.

El jefe del pabellón cinco, doctor Franz Pesendorfer, declaró: "Desde 1982 se nos morían 450 personas al año. Yo trabajé personalmente con las enfermeras arrestadas y las conocí en casos de emergencia. Siempre mostraron una ambición extraordinaria. Estoy totalmente desilusionado". Lo .que aún es inexplicable para la consternada opinión pública, que sólo habla del tema de los asesinatos en Lainz es cómo los médicos de ese recinto no se percataron antes de las sospechosas muertes.

Los casos aumentan

El índice de fallecimientos subió el año pasado en un 3%, cifra que a los médicos del pabellón 5 no les pareció significativa. Este caso criminal, según el director de la policía en Viena, Günther BögI, "no se sabe dónde puede terminar". Mientras, las enfermeras Wiltraud Wagner, Irene Leidolf y Maria Gruber confesaban ayer que en algunos casos habían matado a los pacientes "entre dos" cuando los ahogaban con agua.

Maria Gruber estaba empleada en el hospital desde 1981, Wiltraud Wagner desde 1976, e Irene Leidolf desde 1979. En 1983, según afirmaron en el protocolo policial, Wiltraud Wagner insinuó por primera vez matar a un paciente, lo que fue aceptado por las otras. Al principio, era un asesinato cada tres meses y en los últimos años tres veces por mes.

Para no llamar la atención de sus superiores, utilizaron diversos métodos: unas veces inyectaban sobredosis de insulina; otras, de somníferos, y en la mitad de los casos ahogaban a los ancianos con agua.

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