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Vuelve la esperanza de paz a Namibia tras la orden de retirada de la SWAPO

La decisión de la Organización Popular del Africa del Suroeste (SWAPO), adoptada el sábado, de ordenar a sus fuerzas que dejen de luchar en Namibia abre el camino nuevamente hacia un compromiso que permita hacer avanzar el plan de independencia auspiciado por las Naciones Unidas. El líder del grupo nacionalista, Sam Nujoma, anunció en Luanda que sus efectivos se retirarían a Angola en el plazo de 72 horas. En la pasada semana, violentos combates entre guerrilleros de la SWAPO y soldados surafricanos y policías namibios se cobraron 300 vidas, 263 de ellas de rebeldes.

Un despacho de la agencia oficial angoleña, Angop, aseguraba que el presidente, José Eduardo dos Santos, declaró ayer que su país está dispuesto a acoger nuevamente a los guerrilleros siempre que se cumplan dos condiciones: que la organización guerrillera lo solicite formalmente y que sus combatientes sean escoltados por cascos azules de las Naciones Unidas. Suráfrica, por intermedio de su ministro de Exteriores, Roelof Pik Botha, también anunció su aceptación de esta retirada."Hemos tomado esta difícil decisión", dijo Nujoma, "porque somos conscientes de la histórica responsabilidad hacia nuestro pueblo y hacia el conjunto de la humanidad. Ni la SWAPO ni el pueblo de Namibia tienen nada que ganar con nuevas pérdidas de vidas humanas y el colapso del plan de las Naciones Unidas".

El anuncio de Sam Nujoma -que solicitó que las Naciones Unidas designe los lugares en que han de concentrarse sus efectivos- se produjo mientras representantes de Suráfrica, Angola y Cuba, además de observadores de Estados Unidos y Unión Soviética, se reunían en Mont Ejto, a unos 200 kilómetros de la capital, Windhoek, para discutir los problemas surgidos en el plan de la ONU para la independencia del territorio. El grupo emitió anoche, tras negociaciones realizadas todo el fin de semana, un comunicado en el que acepta la oferta de la SWAPO de retirar a sus 1.900 efectivos al norte del paralelo 16, bajo control de la ONU.

Tras el comunicado, el ministro surafricano Botha agradeció públicamente los buenos oficios de la URSS y de EE UU para volver a encarrilar la situación.

Posición de UNITA

Alcides Sakala, representante en Portugal de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), ve en los sangrientos acontecimientos de la semana pasada en el norte de Namibia la confirmación de las posiciones defendidas por el movimiento guerrillero desde el inicio de las negociaciones que llevaron a la conclusión de los acuerdos de Brazaville y Nueva York sobre Namibia.

"Para aplicar con éxito la resolución 435 del Consejo de Seguridad sobre la independencia de Namibia", asegura, "es necesaria la colaboración de todas las fuerzas combatientes, y no es posible la paz sin el consentimiento de la UNITA y la SWAPO".

Para Sakala, con las infiltraciones de la SWAPO a través de la frontera angoleño-namibia quedó evidente la ineficacia de los controles de militares angoleños y surafricanos que debían teóricamente impedir los movimientos militares a ambos lados de la frontera. Por incapacidad real o deliberadamente, las patrullas mixtas se dejaron sorprender por la iniciativa de la SWAPO, y las Naciones Unidas deben ahora, según el portavoz rebelde, comprender que deben negociar con UNITA si quieren que el cierre de la frontera sea efectivo.

El movimiento guerrillero angoleño se opuso a la presencia de soldados angoleños y cascos azules en el sector de la frontera bajo su control.

El intento de la SWAPO encontró una respuesta "pronta y eficaz" de Suráfrica, dice Sakala. Según éste, la crisis namibia puede resolverse porque "las grandes potencias y la opinión mundial entendieron lo que estaba en juego" y su reacción hizo comprender a la SWAPO que no ganaría nada con esta aventura. Pero para UNITA queda por resolver el problema de fondo, que la paz pasa por la realización de negociaciones entre el gubernamental MPLA y UNITA.

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