Yasir Arafat rechaza la oferta electoral de Shamir
El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) Yasir Arafat, rechazó ayer las propuestas del primer ministro israelí, Isaac Shamir, de celebrar elecciones locales en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza como una fórmula para terminar con la intifada. La misma actitud adoptaron los líderes palestinos de esos territorios. Arafat afirmó en Brazzaville, donde se encontraba, que la oferta de Shamir era "inapropiada, como de costumbre", y agregó que el levantamiento palestino en los territorios ocupados proseguirá.
El alcalde de Belén, Elías Freij, con reputación de moderado con vistas a los israelíes, dijo ayer: "¿Quién en su sano juicio en los territorios ocupados aceptaría la idea de elecciones?". El alcalde palestino añadió que "era totalmente opuesto a esas sedicentes elecciones: se trata sólo de un ardid para distraer a la opinión pública frente a la intifada". Freij apostilló en una entrevista que si Israel quiere la paz lo que debe hacer es entablar conversaciones directas con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).Sobre este mismo punto, un consejero de Arafat para asuntos israelíes amenazó con dimitir si se tiene en cuenta la propuesta israelí. Según Imar Sakud, en una entrevista para el periódico de los Emiratos Arabes Al Ittihad, "las propuestas de Israel para unas elecciones en los territorios ocupados no es un plan de paz, pero los israclíes están maniobrando para convencer al mundo de que se trata de una verdadera iniciativa de paz".
Mediación de EE UU
Entretanto en Washington, en el momento en el que se disipan las cortesías, las sonrisas y los abrazos entre Isaac Shamir y George Bush queda la verdad desnuda: la única propuesta concreta del primer ministro israelí en Washington ha sido la celebración de elecciones en los territorios ocupados e implica a Israel en una negociación indirecta con la OLP por mediación de los norteamericanos, informa Víctor Cygielman desde Jerusalén.En las próximas semanas se asistirá a un ir y venir estadounidense entre Túnez y Jerusalén con el propósito de intentar encontrar un denominador común entre Arafat y Shamir que permita la celebración de esas elecciones locales. Sin la luz verde de la OLP, ningún líder palestino de Cisiordania y Gaza, incluso el que goce de mayor carisma nacionalista, no osará moverse.
De este modo, el primer ministro israelí después de repetir en Washington, tanto a las autoridades como a los medios de información, que "Israel jamás, nunca jamás, negociará con la OLP", está abocado, lo quiera o no, a una negociación, indirecta pero substancial, con la organización palestina.
Es una realidad política que Shamir no puede mantener la dilación, lo que podría provocar la explosión de Arafat. De todas formas, el primer ministro israelí tiene una ventaja sobre el líder palestino. Shamir no se siente presionado, de modo que intentará prolongar las discusiones todo lo que pueda para ganar tiempo. Yasir Arafat no tiene tanto tiempo. Está obligado a conseguir algo cuanto antes. La presión que recibe de los sectores críticos en la OLP, y no solamente de Habache y Hawathmeh, que le acusan de hacer el juego a EE U sino de algunos de sus propios consejeros que se exasperan por "la esterilidad del diálago" con Estados Unidos. Arafat está presionado por la impaciencia de los palestinos de los territorios ocupados y sobre todo por los jóvenes de la intifada, que esperan resultados concretos que compensen su lucha y sacrificios.
Éste es un serio osbtáculo para los norteamericanos si quieren que su mediación entre Israel y la OLP no fracase antes de su comienzo. Pero la Administración Bush es ante todo pragmática", se comentó a este corresponsal en Washington, y así el presidente y James Baker han elegido no apresurar demasiado a Shamir, sobre todo porque no cuentan, por el momento, con otro interlocutor válido en Israel.
Un senador influyente comentó recientemente a EL PAÍS que Shamir no tiene otra opción sino "hacer de tripas corazón" y aceptar "observadores neutrales" en las elecciones. Sin esta condición, Arafat no levantará el veto. EE UU sabe que, por el momento, no puede obtener un compromiso formal de Shamir de evacuar los territorios ocupados al final del proceso de paz, por lo cual Washington debe "dar compensaciones políticas" a la OLP.
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