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Cinco niñas desaparecieron durante 16 horas de una residencia-hogar sevillana

La desaparición, durante 16 horas, de cinco niñas que pretendían "vivir una aventura" provocó la movilización de numerosos efectivos de la Guardia Civil de siete municipios sevillanos próximos a Fuentes de Andalucía, donde se encuentra la residencia-hogar en que viven las menores. Éstas, de edades comprendidas entre los 8 y los 12 años, desaparecieron sobre las cinco de la tarde del miércoles y, tras pernoctar a la intemperie, fueron localizadas casualmente por su profesora, a 14 kilómetros de Fuentes de Andalucía, andando por la carretera, a las 9.15 horas de ayer.

La niñas, estudiantes de EGB, decidieron iniciar la fuga alentadas por la de más edad, Mónica Vega Cabello, de 12 años, cuyo mayor deseo es ser artista cuando sea mayor. Según la dirección de la escuela-hogar, que regentan religiosas mercedarias, Mónica "quiere ser cantante y su idea fue ir por los pueblos a cantar y a hacerse famosa como Rocío Dúrcal, su ídolo", consiguiendo arrastrar a las más pequeñas en su frustrado viaje a la fama. Todas las fuentes consultadas coinciden en señalar que la acción de las menores fue una "travesura".La aventura de las niñas comenzó a las cinco de la tarde del miércoles, al terminar su jornada escolar, en el colegio público Santa Teresa, de Fuentes de Andalucía, población de 7.800 habitantes. Las religiosas mercedarias detectaron la ausencia de las pequeñas a la hora de la merienda y cuando algunas compañeras comentaron que éstas habían marchado por un camino en dirección contraria a su residencia. La dirección del centro alertó entonces a la policía local y a la Guardia Civil.

Las cinco niñas fueron encontradas casualmente, a las 9.15 horas de ayer, por una de sus profesoras, quien las trasladó en su automóvil hasta la residencia-hogar. Estaban a unos 14 kilómetros de su ciudad por carretera y 10 a campo traviesa, en la carretera nacional Madrid-Cádiz. Posteriormente, las niñas, hijas de pequeños labradores de la zona, fueron sometidas a una revisión médica, apreciándoseles síntomas de resfriamiento, falta de sueño y hambre, pues sólo habían comido unos cuantos espárragos silvestres.

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