El líder soviético explicó la reestructuración operada en su país
Poco sabían hasta ahora los cubanos de la perestroika, excepto que era algo muy interesante que estaba ocurriendo en la Unión Soviética, el país del que siempre había que aprender. Mijail Gorbachov se lo explicó el martes a toda Cuba con palabras sencillas que seguramente entendió perfectamente la gente que siguió el discurso a través de la radio y la televisión: los soviéticos son hoy más libres y más alegres.Palabras que, probablemente, resonarán durante mucho tiempo entre una población que ha depositado gran esperanza en Gorbachov y, también, en un Gobierno que se ha dedicado a ocultar los principales aspectos de la reestructuración (perestroika).
"En general, los cambios que acontecen en nuestro país son grandes", explicó. "Los que siguen el desarrollo de los acontecimientos en la Unión Soviética, o han visitado nuestro país, conocen cómo ha cambiado todo el clima moral y cuánto más libre se siente la gente. Los obreros, campesinos y la intelectualidad se incorporan cada vez más activamente a la política, y quieren participar directamente en la solución de los problemas. Es un fenómeno que infunde alegría".
Dijo que se deja sentir "la impulsividad y el maximalismo" por falta de cultura política, pero añadió: "Vemos cómo ante nuestros ojos se yergue la gente, cómo se robustecen sus posiciones cívicas y cómo aprenden a resolver los asuntos en las condiciones de la democratización y la glasnost".
No vino Mijail Gorbachov a Cuba a dar lecciones a nadie, dijeron los soviéticos, pero el máximo dirigente de la Unión Soviética reconció: "Apreciamos altamente el interés y el apoyo que se manifiestan hacia las transformaciones que acontecen en nuestro país".
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