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José Luis Verdes expone sus "ganas del color"

El artista presenta por primera vez en Madrid su pintura abstracta

El pintor José Luis Verdes (Madrid, 1933) rompe un silencio de 11 años para presentar la evolución sufrida en su pintura, desde una inicial etapa conceptual a una abstracción con elementos figurativos, con la constante presencia de la magia y lo oculto. El agotamiento de un lenguaje frío, que había estado investigando con éxito en los años setenta, con premios en las bienales de Alejandría y Sao Paulo, provocó en el artista las "ganas del color", que se han concretado en unos cuadros de mayor plasticidad, realizados con arenas y pigmentos. La galería Arinsa, de Madrid, expone desde ayer una antológica de su obra realizada entre 1983 y 1989. "Todo es pintura y todo es juguete", dice José Luis Verdes.

José Luis Verdes admite que sus trabajos de los años setenta, que desembocan en su instalación de El mito de la caverna, llegaron a un callejón sin salida, lo que para un artista vital significa el aburrimiento. En los comienzos de los ochenta se destapan las "ganas del color y sacar la fuerza plástica", y el pintor se dirige a la abstracción."En una primera etapa pintaba objetos tristes, olvidados, abandonados, que les daba un carácter de protagonismo", declara Verdes. "Es el momento de las bienales de Alejandría y Sao Paulo, al que sigue una etapa de denuncia y testimonio, muy de la época, que en mí surge de un manera casual, no intelectual. Jugando con la fotografía, y dentro de una línea de lo mágico, encontré unos cambios de negativos como símbolo de la deshumanización. Después pasé de los negativos a las sombras. Este camino me aburría y quería salir de este lenguaje".

La fuerza del color, las manchas, sin abandonar el elemento casual y mágico, fue una búsqueda que tras cinco años de destruir los esbozos de una nueva etapa se fue concretando en los primeros años ochenta. Ahora presenta por primera vez en Madrid su pintura abstracta. "Me saqué las ganas del color, la alegría y el disfrute de pintar. En estos comienzos abstractos también influyen mucho los recuerdos de mi infancia, cuando el juego se asocia a la magia, y yo también lo unía a la pintura". En unos cuadros iniciales utiliza "colores de banderas" tapados con arenas y pigmentos. "Junto a lo abstracto necesitaba la presencia humana, por lo que incluía fotografías o cuadros figurativos, donde aparecen personas o vegetales, algunas veces de cuadros de autores muy queridos por mí, como Canogar, Matisse o Zabaleta, y también el mundo vegetal. El cuadro así formado es muy sensual y táctil en el empleo de los materiales, con arenas y pigmentos. La abstracción es la fuerza plástica, el color y la forma puesta al desnudo, sin ninguna apoyatura. Cuando quiero buscar conceptos prefiero la presencia de las cosas o del ser humano. No me preocupa mucho la diferencia entre abstracto y figurativo. Todo es pintura y todo es juguete, recordando al Machado de 'el arte es un juguete'. O, como decía mi maestro, no hay pintura moderna o antigua, hay pintura buena o mala".

Verdes, que en los años sesenta conoció los comienzos de El Paso y Dau al Set, no se reconoce en ninguna generación de la pintura española. Su vida se divide entre la pintura y su trabajo como perito agrícola. Esta forma de aparecer y desaparecer del mundo artístico tiene un punto de abandono de su obra. Así, por ejemplo, se va a ver obligado a retirar su instalación de El mito de la caverna del museo provincial de Jaén, que lleva cerrado cinco años.

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