Aracil: "La ópera es un veneno, te deja tocado, posee un atractivo irresistible"

La necesidad de abstracción le hizo pasar de la poesía al dibujo y de éste a la música. Licenciado en Historia del Arte y responsable en la actualidad del Departamento de Producciones Musicales de Radio 2, Alfredo Aracil, madrileño, de 34 años, estrena hoy en Madrid su ópera Francesca o el infierno de los enamorados. Esta obra, una paráfrasis sobre el Canto V de La divina comedia de Dante, es la primera ópera de este músico, que considera al bel canto como "un veneno que te deja tocado".

"Yo quería tratar un tema que fuera conocido por la gente antes de la representación", explica Aracil. "El poeta Luis Martínez de Merlo, autor del libreto, me sugerió la idea del episodio de Paolo Malatesta y Francesca de Polenta, amantes adúlteros del Canto V del Infierno de Dante".Aracil ha tomado a Monteverdi como modelo. "Su actitud dejó abiertas enormes posibilidades, que no se desarrollaron posteriormente, al evolucionar la ópera por otros caminos: Gluck, Mozart. En Monteverdi la pasión está en el interior de los personajes y se traduce directamente a la música sin necesidad de expresarse a través del movimiento".

Para Aracil es más importante el sentido dramático de la música que la acción. Su elección estética es hasta cierto punto austera, minimalista, interior; requiere la complicidad emotiva del espectador. En Francesca existen citas de autores, españoles del Siglo de Oro. Un interludio, bellísimo, entre el primero y segundo cuadro del acto II es una transcripción libre de una canción de Miguel Martí Valenciano, ¡Ay del amor! Le importa a Aracil la utilización dramática del idioma castellano, especialmente al estilo de los compositores españoles anteriores al siglo XVIII.

Garantía

En abril de 1987 recibió el encargo. A finales del mismo año ya estaba elaborado el libreto. El pasado 6 de marzo comenzar con los ensayos con piano. La orquesta, 19 elementos, está compuesta por ocho instrumentos de cuerda, arpa, siete de viento, piano y dos de percusión. "Es un grupo que está familiarizado con mi música, pues varios de ellos han interpretado obras mías anteriores en el grupo Koan o en el Círculo". La dirección de José Ramón Encinar, a quien, junto a Luis de Pablo, esta dedicada la ópera, es toda una garantía.La obra será cantada por Paloma Pérez Iñigo, en el papel de Francesca; Ana Ricci, en el de la Sombra; Iñaqui Fresán, en el de Virgilio, y Manuel Cid en el doble papel de Paolo y Dante. El equipo escénico está encabezado por María Ruiz y Simón Suárez.

La afición a la ópera de Alfredo, Aracil ha sido progresiva. "Hace 10 años estaba más centrado en los valores más abstractos de la música. A partir de ahí tuve un acercamiento al canto, y posteriormente a la música dramática. La ópera es un veneno. Te deja tocado. Posee un atractivo irresistible. Aunque el esfuerzo ha sido inmenso, he disfrutado muchísimo en todo el proceso de producción", afirma el músico.

Piensa asimismo que el momento actual es ideal para un florecimiento de la ópera como creación. "Una vez superé las etapas en que se confundía la ética con la estética, o el arte con la autenticidad, que tan buenos resultados dieron en los sesenta y principios de los setenta; ahora los artistas tenemos muy en cuenta conceptos como la emoción o la retórica, tan fundamentales en un género como la ópera".

Considera Aracil que Kiu, de Luis de Pablo, fue un punto de partida simbólico que ha abierto una brecha para la creación anual de una ópera por un autor vivo. "No voy a ser tan iluso de pensar que todos los encargos van a dar resultados positivos, pero estoy convencido que en 10 o 12 años tendremos tres o cuatro obras de primer nivel. Y eso me parece importantísimo para la música española".