Vascos y catalanes
Las elecciones municipales francesas muestran un ascenso del nacionalismo vasco-francés, que consiguió un 5,6% en las elecciones legislativas de 1988 y un 7,2% en las cantonales. Por primera vez, los nacionalistas colocan un concejal en el Ayuntamiento de Bayona y obtienen otro en Hendaya, que se añade a los cuatro nacionalistas que figuraban en la lista del alcalde socialista reelegido.Las candidaturas vascas lograron en la primera vuelta de las municipales un 37% de los votos en Baigorry, un 23% en Hasparren y un 13,5% en Biarritz, municipio donde encabezaba la lista Jacques Abeberry, director del semanario nacionalista Enbata. En Ustaritz, Saint-Pé-sur-Nivelle y Urrugne, las listas vascas superaron el 10%., porcentaje nunca alcanzado en elecciones legislativas, municipales o cantonales.
Aunque con resultados más modestos, los nacionalistas catalanes obtienen también representación en localidades de los Pirineos Orientales. La única lista completa de Unitat Catalana consiguió el domingo pasado un 3,67%'en Perpiñán, por lo que no tiene opción a pasar a la segunda vuelta, en la que no han solicitado el voto para ninguna candidatura. En Saint Laurent de Cerdan, un candidato de esa lista ha pasado a la segunda vuelta, con más del 10% de los votes, o mismo que en Canet y Elna.
Los catalanistas, situados en otras listas, a veces sin expresar públicamente su ideología nacionalista, han conseguido dos concejales en Sant Esteve (segunda localidad de la Cataluña frarcesa). Además, han conquistado la alcaldía y siete concejales en Opoul, dos en Canohes y uno en Sorede, tres pequeñas poblaciones menores de 1.000 habitantes.
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