Serra asegura que sólo existen "inquietudes legítimas", pero parciales, ante la ley de la Función Militar

El ministro de Defensa, Narcís Serra, negó ayer en el Congreso que exista un malestar generalizado entre los militares ante el proyecto de ley de la Función Militar, recientemente enviado por el Gobierno a las Cortes, en contra de la opinión expresada por el portavoz del Grupo Popular, Juan Ramón Calero, con quien mantuvo un agrio debate sobre la política de ascensos. Para Serra, que negó también la existencia de "nepotismo" en los ascensos, existe "una legítima inquietud entre algunos colectivos afectados por la citada ley", pero insistió en que no tiene constancia alguna de haber molestado a todos los militares.

El titular de Defensa, afirmó que "es una decisión política" elaborar una ley de carácter global para igualar los modelos de carreras en los tres ejércitos, y que hubiera creado mayor inquietud si ese proyecto se hubiera hecho con normas parciales.La polémica sobre los ascensos centró toda la discusión de la interpelación que había sido presentada por Calero. El ministro aseguró que en los últimos años los nombramientos o ascensos al generalato se han realizado teniendo en cuenta los informes de los consejos superiores de los ejércitos. Por el contrario, Calero citó casos en los que, en su opinión, no se habían respetado esos informes. El portavoz popular señaló, por ejemplo, que Alberto Piris fue ascendido el año pasado a general, pese al informe desfavorable del Consejo Superior del Ejército, y no ascendió el coronel Fuentes Gómez de Salazar, cuyos informes eran favorables. También citó el ascenso del general Juan Castellanos Gómez, cuando ya no estaba en situación activa, y el de un familiar del actual jefe del Ejército del Aire. Entre los militares desfavorecidos, se refirió a los vicealmirantes Urcelay y Moreno de Alborán.

Serra se mostró muy molesto por esta referencia a casos concretos, y dijo que los informes citados son secretos. "El señor Calero ha alterado las normas que hemos de tener en esta Cámara en relación con las Fuerzas Armadas", agregó el ministro, quien precisó que el portavoz popular había "echado sombra" sobre el ascenso de Castellanos. "No tuve ninguna queja sobre él", señaló Serra, quien añadió que ese general tuvo intervenciones muy destacadas en asuntos relacionados con ETA. "Ha cometido usted un gravísimo error citándolo" agregó con mal humor.

La intervención de Calero se debía a la presentación de una interpelación urgente sobre la ley de la Función Militar. Su crítica más fuerte se centró en la política de ascensos aplicada en Defensa. "Está generalizada la creencia entre los militares de que nada sirven los méritos profesionales demostrados si no se gana el favor ministerial", llegó a decir. En cualquier caso, Calero aseguró que su grupo intentará "un consenso" sobre esta ley.

Fuentes socialistas señalaron que ese consenso ya existía, de hecho, hace varias semanas, porque en el seno del propio Grupo Popular sorprendió la presentación por Calero de una interpelación urgente.

El resto de los portavoces de la oposición que intervinieron manifestaron su perplejidad por la intervención de Calero, que mereció críticas como "histriónica", formulada por Nicolás de Salas, de Minoría Catalana, o le "un tufillo desagradable", en palabras de Gerardo Iglesias, de Izquierda Unida.

Antes del debate, el ministro de Justicia, Enrique Múgica, había señalado en el Congreso que entre los promotores de organizaciones relacionadas con los objtores existen conexiones con grupos violentos. Serra afirmó que había dado instrucciones a los fiscales militares para que no dicten prisión preventiva contra los insumisos.

[Por otro lado, Serra pronunció en la mañana de ayer una conferencia en Barcelona en la que señaló que el presupuesto para investigación tecnológica de Defensa se ha multiplicado por 100 en los últimos 10 años, informa Teresa Cendrós].