Un estreno memorable

ENVIADO ESPECIALEl segundo concierto monográfico dedicado a la obra religiosa de Cristóbal Halffter en la antigua iglesia de San Pablo presentaba dos aspectos de gran interés: el estreno mundial de los dos motetes escritos el año pasado por encargo de la Semana de Cuenca y la confrontación de estos pentagramas recientes con los iniciales de la Antiphona Regina Coeli, estrenada en la primavera de 1952.

A 37 años vista, la Antiphona permanece viva, se escucha con interés y despierta gran entusiasmo: el estallido de una personalidad a través de unos pentagramas de irresistible impulso, excelentemente escritos para solista, coro y orquesta, que impusieron de golpe, en el panorama nacional, la fuerza de un nombre y la presencia de una generación entonces nueva. En el estreno de la Antiphona hacía también Cristóbal Halffter sus primeras armas como director.

La evolución del compositor madrileño, desde la Antiphona hasta hoy, es grande, coherente y significativa. Mudó el lenguaje y se tornó más grave el pensamiento. En estos bellísimos motetes, que acaba de estrenar el Coro Universitario de León, dirigido por Samuel Rubio, se enfrenta una apenada meditación sobre la muerte, escrita por Cristóbal para su hermano Ernesto y basada sobre un texto de la liturgia del 1 de noviembre, con la felicidad consciente, lejana, de las eclosiones juveniles, que anuncian las Bienaventuranzas, texto básice, del segundo motete. Precisos de forma, seguros de idea y de trazo, naturales en la actualidad de su lenguaje y hondamente emotivos, estos motetes enriquecen la producción coral española a la que Halffter entregó, por los días de la Antiphona, el conmovedor poema sobre texto de Alberti El herido.

En Gaudium et spes, la partitura comprometida en su forma y su texto más viva entre las de Halffter, quizá porque el problema que aborda no está despejado totalmente, nos habla de otra preciosa escritura coral combinada con la manipulación electrónica de la declaración de José Luis Beunza ante el tribunal que lo juzgó por objeción de conciencia. Halffter, que suele servir a un ideario más generalmente humanístico que concretamente político, quiso juntar aquí la realidad testimonial y su transfiguración musical. Estrenada en Alemania el año 1973, la obra representa una veta distinta dentro de la unidad estilística de su autor.

El Coro Universitario de León trabajó admirablemente, siguiendo la orientación certera de Samuel Rubio hasta alcanzar versiones de gran calidad. En la Antiphona lució espléndidamente el cuarteto vocal de solistas formado por María José Sánchez, María Aragón, Joan Cabero y José Antonio Carril. Todos merecieron largos aplausos.