La obra de Halffter abre la semana de Cuenca
Orquesta y Coro de Radiotelevisión Española Director: Cristóbal Halffter. Obras de Halffter. Solista: Enrique Baquerizo, barítono. Cuenca. Iglesia de San Pablo, 13 de marzo.
Los programas de la 28' Semana de Música Religiosa, aun manteniendo la línea que los caracteriza y los matices añadidos en los últimos años por su director, Pablo López de Osaba, presentan algunas novedades. La primera y más importante me parece la revisión antológica de la obra religiosa de Cristóbal Halffter en dos conciertos monográficos dirigidos por el compositor a la Orquesta y Coro de Radiotelevisión Española y al coro legendario de León. Entre nosotros esto resulta, si no inédito, sí bastante raro, aunque fuera de España Halffter haya sido objeto desde hace años de atenciones análogas.
Lo religioso no constituye en la creación de Halffter algo anecdótico, ni tampoco una dedicación al servicio de unos fines determinados. En su concepto de religiosidad o, si se quiere, espiritualidad engloba el compositor madrileño muy variadas instancias y preocupaciones humanísticas que van desde la inicial y directa antífona mariana de los años cincuenta a la testimonial Gaudium et spes sobre el problema de la objeción de conciencia visto a través del célebre caso de Beunza.
Con el ideario evoluciona también el lenguaje, tal y como hemos podido comprobar en el concierto inaugural de la Semana, celebrado en la iglesia de San Pablo, en el que se enfrentaban la cantata In expectatione resurrectionis Domini, escrita para Cuenca en 1963, y el Oficio de difuntos, creado en París 20 años después. Con todo y conservar la cantata una vigencia evidente, hay en ella no pocos rasgos de la manera del Darmstadt de los años cincuenta, empezando por una explotación de la tímbrica, en la que no falta cierta complacencia en el uso de las percusiones afinadas. Pero la obra contiene lo principal: una clara y comunicativa belleza.
El Oficio de difuntos es otra cosa, sin por ello traicionar los rasgos fundamentales de la fuerte personalidad de Halffter. Se trata quizá de lo más importante y ambicioso escrito por el músico sobre temática más humanística que meramente religiosa. La multitud se hace presente en el gran coro, y la orquesta parece incorporarse a su canto y a su grito. El móvil central es el mismo que habita en casi toda la música del compositor: la esperanza. El lenguaje acoge todo cuanto Halffter había hecho anteriormente, no para construir algo espectacular y explendoroso, como puede parecer en algún momento, sino para dar cauce y alta voz a lo más recóndito de su ideario musical y personal.
El Coro y la Orquesta de Radiotelevisión Española, así como el excelente barítono Enrique Baquerizo, han trabajado de modo admirable en el montaje de las dos difíciles obras, y aún diría que el Oficio de difuntos, mucho más complejo que la cantata y de una extensión que supera largamente la hora, demostraron la mayor flexibilidad y rapidez de asimilación. Bien es verdad que Halffter, buen director en todo, lo es especialmente a la hora de conducir su música. El éxito, por asistencia y por aplausos, fue grande, y el valor de la sesión inaugural, más que significativo, determinante.
Al llegar a Cuenca, y al lado de cuanto positivo contiene el programa -con un interesantísimo concierto de clausura dedicado a música de los siglos XVI-XVII que se guarda en diversas catedrales suramericanas- nos enteramos de una noticia negativa en principio: la no publicación de¡ habitual volumen preparado por el Instituto de Música Religiosa y que debía continuar la obra de Patiño, en revisión de Lothar Siemens. Decimos en principio porque suponemos que se trate de un mero retraso, ya que esta tarea, mantenida durante 25 años, es una de las más valiosas huellas que para la historia musical española dejan las semanas de música religiosa.
Babelia
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