Irán fracasa en su intento de que el 'caso Rushdie' protagonice la Conferencia Islámica
Irán ha fracasado en su intento de colocar el caso Rushdie como tema prioritario de la reunión de países islámicos que se inició ayer en Riad. Alí Akbar Velayati, el titular de Exteriores iraní, no se encontraba presente en la sala cuando el rey Falid de Arabia Saudí inauguró la 18ª sesión ministerial de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI).Este aparente triunfo de las delegaciones más moderadas no debe traducirse, sin embargo, como una total ignorancia del escándalo levantado en el mundo musulmán por la novela Versículos satánicos, del escritor británico de origen indio Salman Rushdie. Este caso se diluirá entre los otros 60 puntos de la reunión.
La delegación del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, que viajó a la capital saudí el pasado miércoles, ni siquiera esperó a la reunión preparatoria del fin de semana para regresar a Teherán. En cuanto sus miembros comprendieron que la mayoría de los asistentes no iba a respaldar su propuesta, emprendieron el camino de vuelta. Los iraníes pretendían presentar una demanda contra Rushdie ante los tribunales británicos.
Velayati renunció de inmediato al improbable y comprometido viaje a Riad, y su silla es ocupada desde ayer por un funcionario de menor rango, el hoyatoleslam Mohamed Alí Tasjiri, vicepresidente de la Organización de Propaganda Islámica.
La cuestión palestina
La reunión preparatoria, que durante los pasados sábado y domingo revisó los temas pendientes, optó por primar en importancia la cuestión palestina, la crisis libanesa, el eventual apoyó al Gobierno de los muyahidin afganos y la situación de las minorías musulmanas en el mundo.
Evitar el nombre de Salman Rushdie en el listado de la agenda sólo significa no alinearse con las radicales posturas iraníes. La cuestión del libro de Rushdie, según los observadores políticos de la zona, va a estar presente tanto en las conversaciones formales como en las de pasillo.
La OCI agrupa a 45 países, con cerca de mil millones de habitantes, mayoritariamente musulmanes, y fue creada en el año 1969 como instrumento de cooperación y de resolución pacífica de los conflictos interislámicos. Tanto la falta de medios económicos, como la ausencia de voluntad política, han limitado su eficacia, pero ha sido sobre todo su fracaso en poner fin a la guerra irano-iraquí lo que más ha contribuido a minar su credibilidad.
Una nueva e importante crisis se produjo durante la última reunión ministerial de la organización, la pasada primavera en Amman.
Los dirigentes iraníes acusaron a la OCI de "estar vendida" a Arabia Saudí, por haber respaldado la petición de Riad para limitar el número de viajeros por país en la peregrinación anual a La Meca.
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