Más sobre Rushdie
En el nombre de Dios clemente y misericordioso.Con motivo de las noticias, reportajes, cartas, etcétera a propósito del caso Rushdie y los comentarios sobre la religión islámica aparecidos a lo largo de estos días en EL PAÍS, y en particular en su edición del día 23 de febrero de 1989, quisiéramos expresar lo siguiente:
1. La obra Versos satánicos de este autor contiene expresiones insultantes contra el santo profeta del islam, su familia y otros profetas como Abraham, que hieren profundamente los sentimientos de todos los musulmanes que viven en España. Consideramos que la publicación y difusión de esta obra de literatura de odio en nuestro país atentaría contra la sensibilidad de este colectivo y no favorecería la necesaria convivencia y respeto mutuo que ha de existir entre las distintas confesiones
2. El santo profeta del. islam fue un ejemplo modélico de persona tolerante. Tras verse sometido la mayor parte de su vida a durísimas persecuciones, perdonó a todos sus enemigos cuando finalmente entró triunfante en la Meca. Jamás ordenó ejecutar a nadie. Cristianos y judíos practicaban libremente su culto en Arabia junto a los musulmanes. Es absolutamente falsa la afirmación de Antonio Elorza de que el profeta se desembarazó del poeta Abu Afak o la poetisa hija de Marwan al sentirse injuriado por ambos. Afirmaciones de este estilo y opiniones como la de M. Robinson (Mahomet) son fáciles de encontrar entre varios autores occidentales de siglos pasados cuyo denominador común es el odio a la religión islámica.
Por tanto, a la vez que expresamos el dolor que nos produciría ver que se difunden obras que atacan a quienes nos son más queridos que nuestra propia familia, queremos dejar claro que no es un principio islámico responder con la violencia. El santo Corán lo afirma tajantemente: "No ha de existir coacción en la religión" (Corán, II,257).
secretario de la misión Ahamadía del islam en España. Pedro Abad (Córdoba).
Los fundamentalistas
Chiíes creer que Dios los exhorta a mata a Rushdie y a los sunitas. Los landamentalistas sunitas creer que Dios los exhorta a matar a Rushdie y a los chúes. Los Iúnclamentalistas judíos creer que Dios los exhorta a mata a quienes impugnan su mítico derecho a apropiarse de Judea y Samaria. Los fundamentilistas cristianos de derecha creen que Dios legitima la dictadura de Pinochet y la lapidación de Martin Scorsese y Albert Boadella. Los fundamentalistas cristianos de izquierda creer que Dios legitima a los tirabombas del Tercer Mundo. Les fundamentalistas inarxistas-leninistas creen que su dogma divinizado legitima los paredones y las autocracias eternas. Lo curioso, en semejante contexto de irracionalidad y superstición mortíferas, es que la blasfemia contra los poderes coercitivos humanos y divinos sólo prospere en el habla popular cotidiana y no genere, como en los tierapos de Rabelais o de Voltaire, infinitas obras de arte auténticamente sublimes.- Eduardo Coligorsky.
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