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"Welcome to San Blas,"

La llegada triunfal de 20 jóvenes de Nueva York a uno de los barrios más olvidados de Madrid

Si Luis García Berlanga decidiera rodar la segunda parte de su Mister Marshall se llevaría las cámaras a San Blas. Y una vez allí seguiría la evoluciones de 20 jóvenes de Nueva York que no salen de su asombro. Desde que aterrizaron el lunes en Barajas llevan detrás suyo una nube de periodistas, curiosos y estudiantes que sigue con una inusitada curiosidad sus evoluciones. Por donde pasan no crece la hierba. Los estudiantes de San Blas que sueñan con pisar Nueva York en mayo no saben que en la ciudad de los rascacielos todos serán extras.

Clic, clic, clic... Tópica escena en la terminal de llegadas de Barajas: cámaras, grabadoras, libretas y bolígrafos. "Welcome to San Blas". "¿A qué viene este revuelo?". ¿"Quién se llama Yan Baczkowski?".Melanie Norman no se imaginaba esto. Ni Anthony Atkinson, ni Michael Angarita, ni Lena Amangua.

Son algunos de los protagonistas de esta peculiar película que se rodará durante dos semanas en Madrid y que continuará a finales de mayo, cuando los 20 estudiantes de San Blas que ahora interpretan el papel de anfitriones se conviertan en huéspedes de la megalópolis neoyorquina.

"Debe ser enorme, como muy grande".

Lola Piqueras, de 16 años, estudiante del instituto Carlos III de San Blas, sabe mucho de Nueva York "gracias a las películas". Anthony Atkinson, de 17 años, ha oído hablar de Madrid a algunos amigos: "El Retiro, El Corte Inglés, Galerías Preciados...". San Blas, claro, le suena a chino. Durante 15 días tendrá oportunidad de conocerlo a fondo si sigue con su costumbre de correr seis millas diarias.

La noche madrileña

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"Para vivir bien en Nueva York tienes que tener 21. Hasta que no los cumples no te dejan ni beber". Lena Amangua, de 17 años, ya ha tenido tiempo para descubrir la noche madrileña.

Lena quiere ser "pppp ... pediatra" y vive en el Bronx. "No tiene muy buena fama, pero bueno", opina Lola Piqueras, su anfitriona, sobre el distrito neoyorquino. Ella parte con ventaja: su huésped no tiene ni idea de lo que se cuece en San Blas. El sueño de ambas bien podría llamarse San Bronx.

Pero sólo dos de los 20 visitantes neoyorquinos vienen del Bronx. El resto proceden de Queens, Brooklyn, Staten Island y Manhattan.

Los estudiantes que participan en este programa de intercambio cultural fueron seleccionados a ambos lados del Atlántico. El destino quiso que los dos centros elegidos en Madrid -Carlos III y Las Musas estuvieran precisamente en San Blas y fuesen casi vecinos.

El destino salió también de paseo el lunes por la noche y llamó a las puertas de uno de los locales de marcha de San Blas. "Vienen con unas ganas de movida que no veas. Anoche les llevamos a tomar unas cervezas al Tun-tun y se pusieron las botas", señala Candelaria Luengo, una de las estudiantes de San Blas.

"Bailamos hasta que no pudimos", recuerda Michael Angarita, un neoyorquino de raíces venezolanas y vaqueros raídos. "También subimos y bajamos escaleras mecánicas en los grandes almacenes". Y es que los colegas neoyorquinos quisieron aprovexchar una de las pocas tarde libres que tienen en su apretado programa para entregarse al shopping y comprobar "los muchos Mc Donalds´ Burger Kipzg que hay en Madrid".

Ayer tuvieron su primera recepción oficial. Luego irán a El Escorial, La Granja, Segovia, Toledo, Gredos, el Museo del Prado, el Madrid de los Austrias. Dejarán algún rato libre para darle al flamenco y no se irán sin decir adiós al mismísimo Juan Barranco. The End.

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