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El Gobierno da 'luz verde' a la posibilidad de que Santa Bárbara modernice una planta iraní de armas

Carlos Yárnoz

El Gobierno, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha comunicado a las partes interesadas que no existen inconvenientes políticos para que empresas españolas de armamento aborden proyectos comerciales e industriales con Irán e Irak, y concretamente ha dado luz verde a la posibilidad de que la Empresa Nacional Santa Bárbara participe en la modernización de una factoría de pólvoras y explosivos instalada en Irán, según aseguran fuentes oficiales y personas del sector. El proyecto, no obstante, aún no ha sido concretado por los técnicos españoles e iraníes.

Las fuentes gubernamentales informantes aseguran que el proyecto ya se planteó incluso "hace dos o tres años", durante la guerra Irán-Irak, pero en aquel momento el Ministerio de Asuntos Exteriores expresó su oposición al proyecto, ya que la política española es contraria a conceder licencias para vender armas o suministrar tecnología militar a países en guerra.Una vez que en julio del año pasado se inició el alto el fuego entre Irán e Irak, la posible participación española en la modernización de la planta iraní de pólvoras y explosivos volvió a plantearse y, en este caso, el Ministerio de Asuntos Exteriores no puso inconveniente al respecto cuando fue consultado previamente.

Las fuentes consultadas, tanto oficiales como de los fabricantes de armamento, se han mostrado escépticas en estos días sobre la viabilidad del proyecto, una vez que la Comunidad Europea, con España en la presidencia, mantiene hoy tensas relaciones con Irán a raíz de que el imam Jomeini condenara a muerte al escritor Salman Rushdie. De hecho, la reacción europea frente a Teherán está poniendo en entredicho numerosos proyectos de firmas europeas para participar en la reconstrucción de Irán.

Pólvora esferoidal

La modernización de la planta iraní de explosivos tiene por objeto hacer posible que en esa fábrica pueda realizarse la carga de proyectiles de artillería de diferentes calibres, y sobre todo de grandes calibres como los de 155 milímetros. De alcanzarse un acuerdo, Santa Bárbara, según las fuentes del sector consultadas, suministrará tecnología para la fabricación y carga de la denominada pólvora esferoidal.La esferoidal es un tipo de pólvora desarrollada por Santa Bárbara que tiene un poder explosivo superior a las pólvoras convencionales. Se trata de una pólvora prensada en pequeñas bolitas de igual tamaño. Los avances conseguidos por Santa Bárbara en este campo han originado que, recientemente, la firma española firmara un acuerdo con Italia para construir en este país una fábrica que iniciará la fabricación de pólvora esferoidal dentro de dos años.

Han sido precisamente empresas españolas, como la propia Santa Bárbara o Garnesa, las que, a lo largo del conflicto irano-iraquí, han suministrado a Irán centenares de toneladas de proyectiles de grandes calibres, habitualmente a través de Libia, al menos hasta el 26 de mayo de 1986, fecha en que el Gobierno acordó prohibir la exportación de armas a ese país.

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No obstante, con posterioridad a ese día se produjeron nuevos embarques de material bélico hacia Libia, varios de ellos procedentes de Explosivos Río Tinto (ERT).

La prohibición de exportar armas a Libia cortó la posibilidad de que algunas empresas españolas, como la propia Santa Bárbara, cumpliera sus compromisos con Irán, en un momento en que varias firmas españolas, entre ellas Santa Bárbara y Gamesa, tenían pendiente la entrega de material bélico valorado en unos 18.000 millones de pesetas. Irán conminó el año pasado a las empresas afectadas a pagar unos 1.800 millones de pesetas en concepto de indemnizaciones (ver EL PAÍS del pasado 5 de febrero). Santa Bárbara tuvo que pagar varios centenares de millones, según reconocieron fuentes oficiales.

Las enormes inversiones que para Irán supuso tener que importar prácticamente todo el material bélico utilizado en el conflicto originó que el Gobierno iraní se plantease la conveniencia de desarrollar sus propias industrias de armamento, objetivo que logró en algunas áreas -como cohetes o morteros-, sobre todo con tecnología de la República Popular China o de Grecia.

También con España se han planteado los iraníes esa posibilidad. Aunque fuentes de la dirección de Santa Bárbara aseguran que no se han producido contactos oficiales al respecto, otras fuentes de la compañía afirman que ha habido conversaciones, si bien aún no se ha alcanzado ningún tipo de acuerdo.

En noviembre del año pasado, el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, viajó en visita oficial a Teherán acompañado por una delegación de funcionarios y de 60 empresarios.

Viaje positivo

A su regreso a España, Aranzadi calificó de positivo el resultado de la visita y señaló que el objetivo de la misma había sido estudiar con las autoridades de Teherán las posibilidades de cooperación industrial ligadas al proceso de reconstrucción de Irán. En medios del sector se asegura que en el curso de esa visita llegó a plantearse el asunto de Santa Bárbara, si bien fuentes próximas al propio Aranzadi afirman que no se habló de ello.Santa Bárbara también ha suscrito recientemente un preacuerdo con la Fábrica Nacional Militar de Argentina para la posible fabricación en ese país del nuevo fusil Cetme de 5,56 milímetros de calibre, mientras los argentinos podrían suministrar a la compañía española materias primas como cobre a precios muy competitivos.

La Empresa Nacional Santa Bárbara, integrada en el Instituto Nacional de Industria (INI), tiene centros de producción en Madrid, Toledo, Palencia, Oviedo, La Coruña, Granada y Sevilla. En la actualidad, fabrica, el carro de combate AMX-10 (bajo patente francesa), el lanzacohetes Teruel, la ametralladora Ameli, el fusil de asalto Cetme, el cañón sin retroceso de 106 milímetros de calibre munición de artillería de diverso calibre, cartuchos de calibres pequeños, espoletas diversas y numerosos tipos de pólvoras. En los últimos años, también ha participado en la cofabricación del misil antiaéreo Roland.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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