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La burguesía no fue el único actor de la Revolución Francesa, afirma Furet

"La Revolución Francesa no pierde nada en dignidad histórica por no haber sido el escenario de una sola clase social, la burguesía", afirmó el historiador François Furet durante la conferencia que pronunció en la tarde de ayer en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, titulada Historiografía de la Revolución Francesa. Furet, director del Instituto Raymond Aron de París, se encuentra en España invitado por la Fundación Pablo Iglesias.

François Furet, uno de los historiadores franceses más polémicos de la actualidad y autor del libro La Revolución Francesa, recientemente editado en España, negó que ésta constituya, como ha sido considerada tradicionalmente, un fenómeno esencialmente social en el que la burguesía se hizo con el poder y abrió las vías al desarrollo del capitalismo.En su opinión, dijo ayer durante su conferencia en la Fundación Pablo Iglesias, la ambición de liberar al individuo o de crear una comunidad de hombres independientes, objetivos de la Revolución, no es específicamente burguesa y la Francia postrevolucionarla seguía siendo una sociedad tradicional de vieja nobleza, administradores y campesinos".

Tras realizar un breve repaso de las interpretaciones sociales de la Revolución, deteniéndose en Guizot y Marx, el historiador afirmó que "no es útil ver ésta como un producto de la burguesía para explicar por qué años después entrega el poder y, más tarde, surge el Estado napoleónico".

"La ilusión de un régimen burgués, democrático y representativo, duró muy poco y fue sustituido por el despostismo bonapartista, que no pude ser definido como una dictadura de clase. Napoleón otorgó a la burguesía el código civil pero creó un Estado para sus propios fines. Sus guerras recuerdan más a Roma que al capitalismo inglés", dijo.

Para él, "la Revolución cambió la estructura jurídica y política de la sociedad pero no la transformó radicalmente y la sociedad de Balzac sigue siendo la misma de Diderot". El profesor ejemplificó esta continuidad en el concepto de soberanía que en ambos regímenes se define como "incompartible, ya que se pasa de la absoluta del rey a la absoluta del pueblo".

Individuos libres

Furet, insistió durante su conferencia en que la verdadera innovación de la Revolución,- "que sigue siendo el problema de las democracias modernas"- fue el intento de constituir un comunidad política unificada con individuos que por primera vez fijan sus propios fines.

Para el profesor francés, los diferentes episodios de la Revolución estuvieron marcados por la "necesidad de fundar la ley entre individuos libres e iguales y por la dificultad para restituir el contrato social de Rousseau. a escala de cuerpo político".

Y recordó a Tocqueville y su obra El Antiguo régimen y la revolución para destacar "el voluntarismo que hace que los franceses se constituyan como pueblo para llevar a cabo una experiencia filosófica, una construcción abstracta basada en le rechazo del pasado".

Firme partidario de que rehabilitar a los contemporáneos de los hechos es el camino más rico para comprender el secreto de los problemas de la Revolución el profesor François Furet resaltó en su conferencia el interés de Tocqueville en "descubrir la relación entre el individualismo igualitario de la sociedad con el crecimiento tentacular del Estado". La conferencia de François Furet se desarrolló en el marco de un amplio programa de celebración del bicentenario de la Revolución Francesa y que sirve de apoyo a una serie de nuevas reflexiones para los historiadores contemporáneos.

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