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Detenidos 27 marroquíes que pretendían entrar ilegalmente en España

Componentes del Servicio de Vigilancia Aduanera con sede en Ceuta detuvieron en la madrugada del pasado sábado una embarcación a la altura de Punta Almina, con 27 emigrantes marroquíes a bordo, los cuales pretendían llegar hasta la Península. Según se pudo conocer en la mañana de ayer, los vigilantes descubrieron la presencia de una barca y, tras darle el alto, pudieron comprobar que la misma iba ocupada por un total de 27 emigirantes ilegales, de nacionalidad marroquí, que eran conducidos por un experto en surcar las aguas del Estrecho.

Al parecer, todos los inmigrantes que viajaban en la barca detenida intentaron reunir dinero para lograr que los funcionarios del servicio de vigilancia aduanera los dejaran marchar. Tras ser conducidos al puerto, tal y como tienen ordenado, telefonearon a la comisaría central y a la comandancia de la Guardia Civil para encerrarlos en los calabozos.En primer lugar les comunicaron que no tenían sitio para tantas personas, por lo que no tuvieron más remedio que dejarlos durante más de seis horas en las dársenas del muelle deportivo, mientras eran vigilados por un carabinero de la Guardia Civil y los componentes de la lancha de vigilancia fiscal.

En el registro que se llevó a cabo en el interior de la embar cación los vigilantes encontraron dos pastillas de hachís cuyo peso aproximado era de 450 gramos. Intentaron conocer quién era el portador de la droga, pero ninguno de los emigrantes marroquíes se hizo responsable de la misma. Le hicieron saber entonces que iban a pagar "justos por pecadores" y que no era lo mismo una acusación de entrada ilegal en España, tars la que sería lo más probable que fueran devueltos a Marruecos, que imputación de un delito de tráfico de estupefacientes.

Solución al conflicto

Desde las 7.00 horas hasta las 10.00, los marroquíes estuvieron reunidos con la intención de intentar buscar una solución al conflicto de la droga. Uno confesé ser propietario de las pastillas y un miembro del Servicio de Vigilancia Aduanera, tras esposarlo, lo condujo hasta la oficina de Servicio de Vigilancia Aduanera situada en el registro de puerto franco, a escasos metros del lugar donde permanecían en ese momento sus compañeros.Cada uno de los emigrantes ilegales marroquíes había pagado un total de 50.000 pesetas por ser trasladado a la Península. Una vez desembarcados, si no había ningún problema, la mayoría tenían pensado trasladarse a la ciudad de Málaga y a Cataluña, donde tienen familiares.

Eran personas de procedencia muy humilde en Marruecos, todos naturales de Rincón, población muy cercana a Ceuta, que pretendían econtrar mayores posibilidades de trabajo en la Península.

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El patrón que los conducía era la tercera ocasión que hacía un servicio de este tipo. Nunca había tenido conflictos hasta el día de ayer. En total, la operación le suponía una ganancia económica de 1.350.000 pesetas.

Aspecto tranquilo

El mar presentaba un aspecto muy tranquilo y era ideal para la navegación del Estrecho, que es habitualmente difícil. Seguramente, de no haberse producido esta detención, en las noches siguientes, ante el buen tiempo de los últimos días, habrían intentado "nuevos pasos".

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