El preferido de los párrocos

Arnaldo Forlani, el candidato único a la secretaría de la Democracia Cristiana, era "el preferido por los párrocos ¡talianos", según un sondeo del semanal L'Expresso que sale hoy a la calle. A su vez, el movimiento integrista de Comunión y Liberación había hecho últimamente una guerra a muerte al secretario saliente, De Mita, considerándolo poco menos que ateo y traidor a la inspiración cristiana del partido. Lo consideran un neoliberal demasiado moderno, secularizado y amigo de comunistas.Tampoco le han perdonado nunca el que haya sostenido al alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, un democristiano atípico que ha hecho una experiencia de gobierno en la capital siciliana con una fórmula heterodoxa, en la que figuran fuerzas políticas como, por ejemplo, los verdes, que nunca han compartido el poder con la Democracia Cristiana.

Para Comunión y Liberación, el hecho de que los progres jesuitas de la escuela de Formación Política de Palermo hayan apoyado la experiencia de Orlando era ya suficiente para que De Mita tuviera que dejar la secretaría.

Y es significativo el que Flaminio Piccoli, actual presidente de la Internacional Democristiana, católico practicante, espejo de la Democracia Cristiana vieja y eterna, haya comentado la candidatura de Forlani con estas palabras textuales: "Se acabó la tiranía. Hemos ganado la guerra de liberación".

Según algunos observadores, sin embargo, el hecho de que la Democracia Cristiana, el partido de mayor peso de este país, haya hecho abortar la primera tentativa seria que se le había planteado de modernizarse es algo "que no puede alegrar ni siquiera a los que no son democristianos", escribió ayer La Repubblica. Y Luigi Pintor, senador, editorialista de Il Manifesto y uno de sus fundadores, la pluma más cáustica del país y la "más libre", según el difunto Berlinguer, escribió ayer que hay que reflexionar sobre el hecho de que un partido de tanto peso se pueda permitir el lujo de hacer un congreso "feo, viejo e inútil".