Un curso de interpretación, primer paso hacia una escuela de teatro clásico
Concebido como un primer paso para la posterior puesta en marcha de una escuela de teatro clásico, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que dirige Adolfo Marsillach, ha organizado un curso para actores profesionales en el que se pretende ofrecer la enseñanza de las materias específicas que todo actor debe conocer para enfrentarse al trabajo de interpretación del teatro clásico.
En este curso, de dos meses de duración, las diferentes enseñanzas serán impartidas, junto con los profesores auxiliares, por prestigiosos actores como Fernando Fernán-Gómez, Agustín González, Emilio Gutiérrez Caba, Francisco Portes, Amparo Rivelles, María Jesús Valdés, Alberto Closas, Jesús Puente y José María Rodero. Como especialistas en voz y verso, estarán Yolanda Monreal y Josefina García Aráez, respectivamente. El curso se completará con tres conferencias de Fernando Lázaro Carreter y Francisco Rico, ambos de la Real Academia Española, y Luciano García Lorenzo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.Los 70 actores que podrán acceder al curso -35 participantes y 35 oyentes- son todos ellos profesionales escogidos entre los 283 currículos que llegaron a la sede de la compañía solicitando una plaza, que cuesta el precio simbólico de 5.000 pesetas.
Marsillach, que no tiene reparos en afirmar que si este experimento fracasa habría que replantearse el que la escuela de teatro clásico pueda existir, piensa que es difícil averiguar a priori cómo se puede vertebrar una escuela que sirva para aclarar ideas en vez de añadir más confusión a la ya reinante en torno a la interpretación en el teatro clásico. "Este proyecto", comenta, "que pretende ser un experimento prudente y modesto, trata de cubrir el vacío existente una vez perdida la tradición del teatro clásico -si es que alguna vez existió- y de paso encontrar una cantera para la propia compañía". Un espectáculo que se estrenará el próximo mes de julio contará en el reparto con actores de este curso.
Enseñar lo aprendido
Todos los actores que actúan como enseñantes coinciden a la hora de afirmar que no son profesores y que lo que van a hacer es transmitir lo que han aprendido en sus años de profesión. Amparo Rivelles considera muy necesaria la existencia de una escuela, "ya que el teatro clásico tiene una forma de decir muy diferente de lo que se hace normalmente en teatro". Para Closas, en nuestro país nunca ha habido tradición de decir el verso; "lo que ha existido es costumbre, que es distinto, y nosotros hemos aprendido de los maestros que hemos tenido la suerte de ver, pero somos autodidactas". Closas no deja de mostrarse preocupado, ya que no sabe muy bien qué es lo que tiene que hacer: "Evidentemente, voy a transmitir las enseñanzas de Margarita Xirgu, que fue mi maestra".Entre los "alumnos" se encuentran numerosos actores jóvenes y otros conocidos, como Francisco Casares, Eduardo Mac Gregor, Juan Matute, Eufemía Román, Celia Ballester, Mercedes Lezcano, Lola Muñoz, Concha Leza, Ana Frau o Luisa María Armenteros. Ellos comentan que el asistir al curso se debe al atractivo que ofrecen sus compañeros "enseñantes" y a la pasíón, nunca suficientemente alimentada, por el teatro clásico.
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