El Gobierno no está vinculado a las ofertas que hizo a los sindicatos durante la negociación, según el PSOE
ANABEL DÍEZ, La dirección del PSOE, a través del secretario de organización, Txiki Benegas, advirtió ayer que, tras la ruptura de negociaciones entre los sindicatos y el Gobierno, el Ejecutivo no se siente vinculado a las cifras que llegó a ofrecer a las centrales sindicales. "Este dinero se iba a sacar de otras partidas que iban a suponer recortes en parcelas determinadas, como es la de la infraestructura, por lo que, una vez que se ha roto el diálogo, el Gobierno no se siente comprometido", afirmó Benegas. El grupo Izquierda Unida, por su parte, pidió la disolución de las cámaras y la inmediata convocatoria de elecciones legislativas.
Aunque la dirección del PSOE hubiera deseado un acuerdo, Benegas aseguré que "no hay que dramatizar, ya que desde hace varios años no hay acuerdo y el país ha funcionado bien". A continuación interpretó que a pesar de los acontecimientos "no hay que romper el diálogo social en cuanto a la política de empleo".A pesar de esta ruptura, fuentes socialista aseguraron que "de una u otra forma" las mejoras a las que ha llegado a comprometerse el Gobierno en las negociaciones se cumplirán aunque sea a espaldas de los sindicatos. Lo cierto es que en paralelo a estas negociaciones el PSIDE ha estado trabajando, y aún continúa, en la elaboración de propuestas "de contenido social" que no coinciden estrictamente con las reivindicaciones que han estado en discusión. Ayer no existía aún certidumbre en el PSOE en cuanto a que estas nuevas propuestas vayan a ser recogidas por el presidente del Gobierno, Felipe González, en el debate sobre el estado de la nación de la próxima semana. "Alguna podría hacerse pública ese día, pero no todas, que pueden ir saliendo paulatinamente de diversos Consejos de Ministros". Estos portavoces apelan al mandato del comité federal del partido de hace tres semanas, en el que se instó a la comisión ejecutiva a que elaborara un plan de medidas sociales aprovechando al máximo los márgenes que permita la economía, pero sin cambiar sus líneas maestras.
"Sindicato hermano"
Benegas se mostró muy cauto al ser preguntado sobre la posibilidad de que los sindicatos convoquen nuevas movilizaciones. "Ya veremos qué movilizaciones se plantean, pero en cualquier caso trataremos de dar un mensaje positivo al país, sin olvidar las correcciones que hay que hacer desde un punto de vista social". Benegas confía en que al final de la legislatura se podrá hacer desde el PSOE "un balance positivo que permita obtener de nuevo la mayoría para desarrollar un proyecto autónomo". Benegas fue requerido para que informara si el PSOE tenía previsto romper la obligación de sus militantes de afiliarse a UGT. "La UGT es nuestro sindicato y lo seguirá siendo porque es el sindicato de los socialistas. Está pendiente la celebración de una conferencia sindical, y entre tanto el modelo no se puede cambiar, por lo que no hay ningún cambio respecto a la doble militancia".
Por otra parte, Nicolás Sartorius, portavoz parlamentario de Izquierda Unida, declaró que la negativa del Gobierno a llegar a un acuerdo con los sindicatos muestra su disposición a "continuar una especie de pulso suicida con las fuerzas sociales más representativas. El Gobierno ha dicho que no para dar una lección a los trabajadores y a los sindicatos. Pero, desde luego, no le auguro nada bueno". Sartorius reclamó la convocatoria de elecciones legislativas cuanto antes por considerar que "el Gobierno está deslegitimado socialmente. Este Gobierno no puede continuar en el poder y debe disolver las Cámaras".
El dirigente comunista advirtió que "es capital el mantenimiento de la unidad de acción de las dos centrales sindicales".
Paralelamente, Juan Ramón Calero, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, valoró ayer "muy negativamente" la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno y los sindicatos "porque la concertación social era un bien de la sociedad española que ha caracterizado la transición política desde 1977".
Por su parte, Emilio Olabarría, diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV), opinó que no se puede esperar nada bueno del fracaso de las negociaciones entre el Gobierno y las centrales sindicales porque un país no se puede gobernar contra los sindicatos.
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