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LA MUERTE DEL GENIO DE PORT LLIGAT

Amplio eco de la muerte de Dalí en EE UU

Francisco G. Basterra

Las primeras páginas de la Prensa norteamericana y los informativos de las televisiones hicieron ayer un hueco importante a la memoria de Salvador Dalí, algo que no había ocurrido desde la muerte de Pablo Picasso o de Francisco Franco. A la hora de su muerte, los expertos ofrecen un claroscuro del genio del surrealismo, elogiando sin límites su primera etapa y criticando sus últimos años, en los que falsos Dalís inundaron los mercados y en los que Dalí se convirtió en una "caricatura de sí mismo".Se recuerda aquí la prolongada relación de Dalí con EE UU, donde, en Saint Petersburg (Florida), existe su segundo museo del mundo, después del de Figueras. "Dalí nació como un actor, un hombre que necesitaba una audiencia y respondía a ella. Encontró esa audiencia en América y durante muchos años la mantuvo impresionada y divertida", escribe John Rusell en el New York Times.

Un lugar en la historia

"Dalí tendrá un lugar permanente en la historia del arte por su imaginativa y duradera contribución al surrealismo europeo", afirma el New York Times en un artículo a tres columnas, en su primera página, que continúa a página entera en el interior. "Cuando el artista alucinó en los años veinte, el mundo alucinó con él", escribe el diario, que añade que "en su mejor momento Dalí escribió una declaración de independencia para la imaginación humana que todavía es válida hoy". Pero, posteriormente, preocupaciones lucrativas y fatuas emborronaron su carrera, dice el Times, y su ingeniosa inteligencia "parecía girar en el vacío". El abuso de su firma y la supuesta práctica de un Dalí firmando hojas en blanco que luego eran falsificadas -se habla de 4.000 en un buen día- son denunciadas aquí por la Prensa.

Huyendo de la II Guerra Mundial, Salvador Dalí llegó a EE UU en 1940, instalándose permanentemente por unos años, viviendo primero en Fredericksburg, en Virginia, y luego en California. Pintó retratos de mujeres importantes de la sociedad estadounidense de la época. En 1949 regresó a España.

Pero ya en 1934 Salvador Dalí hizo su primera aparición en Nueva York, ciudad a la que viajaba todos los años. Su primera exposición en Nueva York fue en 1934 en la galería Julien Levy y desde entonces se convirtió en una figura en este país. En 1941, el Museo de Arte Moderno de Nueva York colgó su primera exposición y hoy sus obras están presentes en las primeras pinacotecas norteamericanas.

El Washington Post, que calificó ayer a Dalí de "excéntrico pintor del inconsciente" y "uno de los primeros personajes de los media del mundo occidental", afirma sin embargo que su salida del mundo ha sido "patética". "No hay más remedio que tener piedad del viejo charlatán. Su más famosa obra de arte, él mismo, se había convertido en un chiste pesado", escribe el crítico de arte Paul Richard.

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