Derechos humanos

He leído en un periódico nacional que en Elche un padre ha hecho abortar a su hija a base de patadas y puñetazos. Pero, lógicamente, el hijo no provenía de cualquier jovencito del pueblo, sino que era fruto de las relaciones sexuales del padre con su hija de 15 años, que llevaba siete meses de embarazo, sin que la madre lo supiera, por otra parte. Recuerdo que en Tiempo de silencio, entre otras muchas cosas, se describe esa misma barbarie: un padre deja embarazada a su hija menor y, para evitar el nacimiento del niño, le provoca un aborto tan brutal que se salda con la muerte de madre e hijo.Sé que mi visión inmadura de la vida -tengo 18 años- puede acarrear apasionamientos en mis conclusiones, pero ellas son las siguientes: Tiempo de silencio se desarrolla en la posguerra, pongamos como fecha-tipo, y para que me cuadren los números, en 1949.

Hace, por tanto, 40 años que Luis Martín-Santos -aunque sé que la novela es posterior- denunció esa situación de primitivismo en las relaciones sexuales. Pero también se han cumplido 40 años -esta vez, sí- de la famosa Declaración de los Derechos Humanos.

Y yo me pregunto: ¿ha servido para algo?, ¿se ha avanzado realmente? Nada más-