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NUEVO INTENTO DE CONCERTACIÓN SOCIAL

La reunión entre el Gobierno y los sindicatos UGT y CC OO acabó en un completo fracaso

La reunión que, mantuvieron ayer el Gobierno, con su presidente a la cabeza, y las delegaciones de los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, con los secretarios generales -Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez-, acabó en un fracaso completo. El presidente del Gobierno reconoció "no haber modificado sustancialmente su posición" porque no está dispuesto a "que nos juguemos la política económica y social, que está dando resultados", y modificarla por otra "que nos lleve a un callejón sin salida". Los sindicatos acusaron al Gobierno de no tener "ninguna voluntad política de alcanzar un acuerdo porque las reinvindicaciones son asumibles ahora".

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La preocupación y el pesimismo sobre el futuro de las negociaciones eran las no las definitorias del análisis de la reunión que hacían tanto el presidente del Gobierno como los secretarios generales de las "los centrales sindicales para quienes los resultados han sido aun peores de lo que nos esperábamos cuando empezó la reunión". Felipe González fue algo mas allá al señalar que la "concertación social, tal y como se concibió en la transición está acabada" y que "nos jugamos algo más que la concertación social: nos jugamos la política económica y social que está favoreciendo el crecimiento económico y la creación de empleo". Felipe González señaló que "no estamos dispuestos; a asumir una política equivocada que nos lleve a un callejón sinsalida" y que "está mucho imejor en su casa que al pairo de una situación que considero equivocada, lo diga quien lo diga".El presidente del Gobierno, declaró que "ocurra lo que ocurra, el Gobierno está dispuesto a asumir desgastes e incomprensiones, pero no va a adoptar una política que conduzca al país a una situación sin salida". Compartió con los sindicatos el pesimismo pero negó que, por parte del Ejecutivo, no exista una voluntad política de llegar a un acuerdo debido a una posición inmovilista, tal como han afirmado los representantes de UGT y CC OO.

A lo largo de las seis horas en que estuvieron reunidos en La Moncloa lo único que se acordó fue tener una nueva cita el próximo lunes, en el Ministerio de Trabajo, bajo la presidencia de su titular y con una representación sindical de menor nivel y establecer que las conversaciones no se prolongarán más allá de este mes "porque no queremos dar la impresión de que se quiere ganar tiempo", señaló el presidente del Gobierno.

Oferta escasa

Los representantes de los sindicatos expresaron su desconfianza ante el futuro de la negociación por lo que consideran escasa cuantía de lo que el Gobierno está dispuesto a ceder: 20.000 millones de pesetas para actualización de pensiones, 15.000 millones en 1989 y 65.000 en 1990 para la equiparación de la pensión mínima al salario mínimo y 60.000 millones adicionales para la cobertura de desempleo en este año.

El presidente reconoció, en la conferencia de prensa posterior a la reunión, "que el Gobierno no ha modificado sustancialmente su posición, sino que ha realizado un esfuerzo complementario que representa un gesto que sobrepasa las posibilidades racionales de los Presupuestos Generales del Estado para garantizar la paz social" porque esta paz social "ayuda a mantener la confianza y por lo tanto el crecimiento". González añadió que "si los sindicatos quieren jugar a la gallina ciega con este Gobierno, no lo van a hacer; prefiero antes estar en mi casa que estar al pairo de opiniones que nunca se sabe donde van a desembocar".

Respecto a las reivindicaciones presentadas por los sindicatos, Felipe González señaló que lo que en realidad está en juego es el futuro de la política económica y social. Una economía que en su opinión marcha bien, pero que tienen todavía algunos puntos débiles como la inflación, la competitividad o la deficiente estructura industrial.

Criticó que los sindicatos no hayan sido capaces, en su opinión, de cuantificar sus propuestas "lo cual, es un error de partida". Añadió que el Gobierno ha presentado sus alternativas con algunos matices para propiciar el acuerdo, actitud que no ha visto en el otro lado de la mesa "ya que las centrales mantienen sus posturas como mínimos".

La cuantificación de estas reivindicaciones que los sindicatos presentan ante González como calderilla no es tal para el presidente del Gobierno. "Se habla de cientos de miles de millones de pesetas, cifra nada despreciable'. Añadió que el dinero del que se habla no sale del bolsillo del Gobierno, "sino que se sufraga con los impuestos que pagan los españoles, a los que habría que preguntar si están dispuestos a contribuir más fiscalmente en un país cuya presión fiscal ha subido más que la de otros países, lo que me parece bien porque estábamos por debajo de la media de los otros países".

Más déficit

A lo largo de la reunión se planteó que, si se aceptaban las reivindicaciones, el coste supondría varios cientos de miles de millones de pesetas y que, descartando una mayor presión fiscal, solo, en opinión del presidente, solo mayor déficit público podría aportar esos recursos". "Desde una posición de izquierda, añadió yo no voy a proponer más déficit público. Si alguien cree que esto es bueno que lo diga en público".

El presidente señaló que si hay acuerdo "el esfuerzo que se hace en el gasto se pondrá en marcha" pero que si fracasa la concertación "el Gobierno decidirá, posteriormente, si lo hace o no porque así son las reglas de las negociaciones". "No se puede ver hasta donde cede una parte para después retirarse y decir que la otra ha adquirido un compromiso firme".

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