Polémica en torno a los funerales de Hirohito
El Gobierno japonés creó ayer un comité especial para preparar los funerales de Estado en memoria de Hirohito (fallecido de cáncer en la madrugada del pasado sábado, noche del viernes en la península española), que se celebrarán el 24 de febrero. El Gobierno japonés aceptará la presencia de representantes extranjeros, aunque existen algunas incógnitas sobre el nivel de las representaciones, sobre todo en países que sufrieron la ocupación militar japonesa durante la II Guerra Mundial. Por parte de España, portavoces de la Zarzuela confirmaron la presencia a las ceremonias de algún miembro de la Casa Real.
Los funerales de Estado se realizarán en la explanada del parque de Shinjuku Gyon, en Tokio, con asistencia de unas 10.000 personas, según los ritos del sintoísmo, que fue el credo oficial hasta que la nueva Constitución de la posguerra separó el Estado de la religión. Después de los funerales -que comenzarán a las 9.30 con la salida de la comitiva fúnebre desde el palacio imperial-, el cadáver de Hirohito, el que fue el emperador con más años en el trono del Crisantemo, será trasladado al mausoleo imperial de Hachioji, a unos 45 kilómetros al oeste de Tokio.Algunos medios políticos y académicos japoneses consideran que la realización de unos funerales de Estado según el rito sintoísta, patrocinados por el Gobierno, supone una violación de la actual Constitución. El Gobierno del liberal Noboru Takeshita, sin embargo, rechazan esta interpretación al recordar la calidad ra de "símbolo del Estado" y de la "unidad del pueblo" que tiene el emperador de Japón de acuerdo con la Constitución.
La polémica en torno a los ftinerales de Estado se extiende también al extranjero, especialmente en los países que padecieron la ocupación militar nipona durante la primera etapa de la era Showa (la paz y la armonía), presidida por el emperador Hirohito desde 1925 hasta el término de la II Guerra Mundial.
En Australia y el Reino Unido hay voces divergentes sobre el nivel de sus enviados a los funerales de Hirohito, debido al recuerdo que su figura aún evoca de atrocidades cometidas por soldados japoneses durante sus campañas en países asiáticos. En medios diplorriáticos no se cree quel la reina Beatriz de Holanda asista al funeral, debido a las secuelas del enfrentamiento entre japoneses y holandeses en Indonesia durante la guerra.
Un portavoz de la Zarzuela confirmó ayer en Madrid la presencia a los funerales de un representante de la Casa Real, aunque no pudo confirmar la asistencia del rey Juan Carlos.
Es posible que acuda el nuevo presidente de EE UU, George Bush, pero se desconoce si asistirá el lider soviético, Mijail Gorbachov, en un momento en que Tokio y Moscú buscan estimular las relaciones bilaterales, enturbiadas por la disputa de cuatro islas ocupadas por la URSS durante la II Guerra Mundial.
Perfil de la emperatriz Michiko en la última página
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