_
_
_
_
EL FIN DE UN EMPERADOR

111 días de agonía

Hirohito, emperador de Japón, inició su larga agonía el 19 de septiembre de 1988. Ese día sufrió una hemorragia interna que agravó una dolencia intestinal anterior. Al ser demasiado tarde para intentar una intervención quirúrgica, los médicos le hicieron tres transfusiones sanguíneas, con un total de 1.200 centímetros cúbicos de sangre. Estas transfusiones consiguieron detener la hemorragia, aunque continuó la ruptura de algunos tejidos en la parte superior del estómago.

El 21 de septiembre se informó que el paciente sufría, al parecer, ictericia (difusión de la bilis en la sangre) y que recibía alimentación por vía intravenosa. Dos días después recibió dos nuevas transfusiones de 400 centímetros cúbicos de sangre y los médicos señalaron que era posible que necesitara más en los días siguientes para combatir su anemia.

El 24 de septiembre se confirmó de forma oficial que una exploración del tumor extraído a Hirohito durante la operación intestinal a que fue sometido el 22 de septiembre de 1987 detectó la presencia de síntomas cancerígenos" que el enfermo había desarrollado entre el páncreas y el duodeno. La Casa Imperial sostenía que la enfermedad de Hirohito era pancreítis. Las hemorragias en la zona del duodeno que sufrió, al parecer estuvieron provocadas por un cáncer pancreático.

Un repentino empeoramiento, el 1 de octubre, por una fuerte hemorragia interna en la zona del duodeno exigió una nueva transfusión sanguínea urgente de 800 centímetros cúbicos. Ese mismo día recibió por vez primera desde el 19 de septiembre alimentos sólidos, compuestos por una papilla de harina. La Casa Imperial señaló que el emperador estaba plenamente consciente en todo momento.

El 12 de octubre, el nivel de bilirrubina en la sangre de Hirohito aumentó. La bilirrubina es, en su mayor parte, producto de la degradación de la biliverdina por pérdida de globina y hierro en la sangre. Tal incremento podía causar la pérdida del conocimiento.

Oxígeno suplementario

El 21 de octubre se produjeron síntomas de rechazo (alergia) a una nueva transfusión sanguínea. Una hija del emperador anunció que su padre recibía oxígeno suplementario a través de pequeños tubos introducidos en su nariz.

El peso del emperador descendió hasta los 25 kilogramos el día 6 de noviembre. Dos días después, la Casa Imperial informó que el emperador afrontaba "la peor de las situaciones". La segunda mitad de noviembre no aportó novedades. El 7 de diciembre se informaba que Hirohito se encontraba en semicoma. Al cumplir los 100 días de enfermedad, el 27 de diciembre de 1988, Hirohito había recibido un total de 28,5 litros de sangre desde el inicio de su enfermedad, que superaban los 30 en el momento de su muerte.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_