Comedieta simplona
El cine americano insiste en el género de la comedia Y, subproducto tras subproducto, continúa realizando comedictas juveniles, sosas e intrascendentes, prestas para olvidar, una vez consumidas, después de haber cumplido su cometido de bombardeo sistemático, cuyo fin es promocionar su modelo social.El presente estreno, dedicado al público juvenil, gira alrededor del joven, pero ya experto actor, Anthony Michael Hall, a quien da réplica el no menos joven Robert Downey Jr. Ambos pertenecen a esa galería de actores juveniles que son utilizados por su presunta facilidad para comunicarse con los jóvenes espectadores.
Johny Superstar (Johnny be good), primera película dirigida por el veterano montador Bud Smith, narra los avatares de una estrella de la liga colegial de fútbol americano que al finalizar sus estudios es asediada por todas las universidades para que se matricule en ellas y pueda defender sus colores pateando el balón ovalado. Una familia feliz, una novia atractiva, un amigo fiel y un entrenador marrullero son los personajes que le rodean.
Johnny Superstar
Dirección: Bud Smith. Fotografía: Robert D. Ycoman. Producción: Adam Fields. Estados Unidos, 1988. Intérpretes: Anthony Michael Hall, Robert Downey Jr., Paul Gleason, Uma Hurman, Steve James. Estreno en Madrid: cines Proyecciones, La Vaguada.
Educado deportivamente en la filosofía del ganador, cuya única meta debe ser el triunfo, el prometedor astro deportivo sopesará las distintas ofertas universitarias. Pretexto válido para que la película parodie los tópicos valores y peculiaridades de las sociedades californiana y texana. La única curiosidad cinéfila que despierta Johnny Superstar es el trabajo de su director debutante, Bud Smith, cineasta que ha trabajado como montador durante 27 años, cometido que realizó en Vivir y morir en Los Ángeles y El beso de la pantera.
En el presente estreno se muestra hábil en la dirección de actores, sin más, y no excesivamente capaz para elevar el tono de esta simplona comedia, con tufillo a ya vista, que busca un artificioso dinamismo y que nunca logra captar el interés por su desenlace.
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