Un tipo excéntrico y campechano

José Luis Morcillo Pinillo, de 48 años, acusado ayer de ser uno de los autores materiales de la muerte de Santiago Brotiard, dejó de residir en Baza (Granada), su ciudad natal, hace unos 15 años. Los conocidos lo recuerdan como un tipo excéntrico, campechano, de ideología ultraderechista, relacionado con oscuros negocios y del que siempre sospecharon que usaba pistola. Su padre, Luis Morcillo Vita, fue el último alcalde de Baza durante el régimen franquista. Según unas breves declaraciones que realizó a este periódico, desde hace dos años y medio rompió toda relación con su hijo, cuyo paradero desconoce.

Las personas consultadas coinciden en que Morcillo Pinillo se amparó para sus oscuras actividades en el apellido y el cargo de su padre durante los años de estancia en Baza, entre 1960 y 1975.

En Baza se habla con precaución de José Luis Morcillo, sobre todo desde que en ciertas informaciones periodísticas fue relacionado con la guerra sucia contra ETA. Morcillo Pinillo se casó en Baza con una mujer apellidada Peláez, perteneciente a una conocida familia de la localidad dedícada al comercio. Con ella tiene cinco hijos. La esposa residió en Baza hasta hace unos tres años, en que se trasladó a Granada con sus hijos. En la actualidad vive en un piso del barrio granadino del Gran Capitán. Según ciertas informaciones, José Luis Morcillo tiene otros dos hijos extramatrimoniales con una mujer de su pueblo.

Sus antiguos vecinos retratan a Morcillo como una persona abierta, pero relacionada con supuestas actividades delictivas. Los conocidos sospecharon siempre que se dedicaba al tráfico de drogas y a la venta de licores a bajo precio que, al parecer, nunca llegó a pagar al proveedor. A comienzos de la década de los setenta abrió en Baza un bar y una discoteca que sólo funcionaron durante cuatro meses. La fama de extravagante se confirmó cuando contrató una orquesta de músicos negros para que actuaran a diario en la discoteca.

En 1978, el Juzgado de Instrucción número 3 de Granada condenó a José Luis Morcillo a seis meses de prisión por un delito relacionado con la firma de un cheque sin fondos.

El juzgado declaró su busca y captura al no presentarse para la ejecución de la sentencia. En noviembre de 1982 fue detenido e ingresó en la cárcel de Carabanchel, de donde salió el 21 de mayo de 1983. Según las fuentes consultadas, pocos meses más tarde se trasladó al País Vasco, donde montó un bar en el que aparentemente estableció los contactos con algunas de las personas relacionadas con la muerte de Santiago Brouard. En las fechas de la muerte del político de Herri Batasuna, el establecimiento permanecía abierto.