Conmoción en Murcia por el fallecimiento de seis niños en un incendio

Unas 200 personas, entre ellas el alcalde de Murcia, José Méndez, y el delegado del Gobierno, Juan Manuel Eguiagaray, asistieron ayer al entierro de los seis niños muertos el día 1 en el incendio que se produjo en una vivienda de la calle de la Virgen de las Maravillas, en el barrio de San Basilio de Murcia. Méndez aseguró que el suceso ha conmocionado a toda la ciudad y lamentó que el suceso se haya producido precisamente en estas fiestas. El obispo de la diócesis de Cartagena-Murcia, Javier Azagra, presidió el funeral, que fue oficiado en la iglesia de San Basilio el Grande. Los seis pequeños ataúdes, todos ellos de color marfil, se alinearon en el templo. Junto a los féretros se apilaron numerosas coronas de flores enviadas por particulares, autoridades, familiares y comercios de la ciudad.En el siniestro fallecieron cuatro de los cinco hijos de Dolores Sánchez, de 32 años y separada. Se trata de Rosa María, Raquel, Iván y Silvia Millán Sánchez, de 13, 12, 3 y 2 años, respectivamente; Raquel Oliva, de 12, amiga de los pequeños, y una prima de los cinco niños, Mónica Aracil, de tres años. A mediodía de ayer la madre de los cuatro hermanos fallecidos, ingresada en la ciudad sanitaria de la Seguridad Social Virgen de la Arrixaca, continuaba grave, aunque evolucionaba favorablemente. Su hija Laura, de 10 años, fue dada de alta a últimas horas del domingo.

Dolores Sánchez desconoce todavía la muerte de cuatro de sus hijos y en las próximas horas recibirá apoyo psicológico para hacer frente a la pérdida de los pequeños.

Monóxido de carbono

Según los facultativos que atendieron a los niños, éstos murieron debido a la gran cantidad de monóxido de carbono que respiraron, aunque algunos de ellos presentaban graves quemaduras en la cara y algunas partes del cuerpo. Los gastos del sepelio fueron sufragados por el Ayuntamiento de Murcia, ya que parte de los miembros de las tres familias afectadas se encuentran en paro. Asimismo, el Ayuntamiento ha anunciado que facilitará una vivienda a las dos únicas supervientes del incendio: Dolores Sánchez y su hija Laura.Sobre las 11.00 horas del día 1, varios de los pequeños se encontraban jugando en el salón comedor y en otra estancia estaba la madre de los cuatro niños fallecidos, junto con su hija Laura. Ambas, al darse cuenta del incendio, intentaron salvar a los niños, pero los esfuerzos resultaron vanos porque las llamas de gran altura lo hicieron imposible. Uno de los ocupantes de la vivienda intentó apagar el fuego de la estufa con una manta, que prendió rápidamente y propagó aún más las llamas.

Algunas de las víctimas intentaron refugiarse en una de las habitaciones y la más pequeña, Silvia, de dos años, se metió debajo de una cama. Bomberos y policías que trabajaban en el rescate lloraban de impotencia al encontrar los cadáveres. El incendio fue sofocado en 15 minutos.