Prudente deshielo Moscú-Tokio

Desde que Gorbachov emprendió, en 1985, la operación de seducir a Asia, Japón ha sido el país que ha permanecido más impermeable a las sirenas de la perestroika. La visita realizada a Tokio por el jefe de la diplomacia soviética no parece haber cambiado esta tendencia. El resultado concreto conseguido por Shevardnadze es la apertura de negociaciones sobre el tratado de paz que pondría fin al segundo conflicto mundial entre las dos potencias vecinas. Tokio y Moscú se han puesto de acuerdo para iniciar un verdadero diálogo sobre el litigio territorial que los enfrenta, aunque Japón no albergue esperanza.s sobre un posible cambio en la posición soviética. Tokio sigue reclamando la devolución por parte de la URSS de las cuatro islas Kuriles del Sur, ocupadas en 1945. Los japoneses estiman que la visita de Shevardnadze representa un paso adelante, en tanto en cuanto es la primera vez que se inicia una discusión sobire el tema fronterizo. A pesar de la publicación de un comunicado común, soviéticos y japoneses siguen hablando en dos niveles, distintos. Shevardnadze ha calificado su visita como una de las más fructíferas de los últimos, años. Los japoneses no están tan satisfechos de los resultados. De todas formas, ninguno de los dos países estima como prioritarias las relaciones bilaterales entre ambos; para Japón en particular, que aprecia mucho más sus lazos con EE UU y los países asiáticos., 22 de diciembre