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Entrevista:

"España, ejemplo del descontento laboral"

John Vanderveken, secretario de la CIOSL, estima que también en Europa hay restricciones sindicales

En los últimos cinco años ha realizado más denuncias ante la OIT por la restricción de los derechos sindicales en Europa que en los 40 años de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL). Ha apoyado, como secretario general de la confederación, la huelga general de 24 horas, y ahora se dirige a Chile para solicitar la liberación de dos dirigentes sindicales exiliados por participar en la huelga de octubre de 1987. Se trata de John Vanderveken, que ha estado en Madrid esta semana en la reunión del comité ejecutivo de la CIOSL, de la que es su máximo representante.

Pregunta. En el documento redactado por la CIOSL tras la reunión de su comité ejecutivo se hace hincapié en los países del Tercer Mundo y en vías de desarrollo en los que no se respetan los derechos sindicales.Respuesta. Así es, precisamente pretendemos reunirnos urgentemente con el ministro del Interior de Chile a fin de ejercer presión para liberar a Manuel Bustos y a Arturo Martínez, los dos dirigentes sindicales del Comando Nacional de Trabajadores chileno que cumplen sentencias de exilio interno por participar en la huelga general de octubre de 1987. Posteriormente, nuestros objetivos más inmediatos son realizar la conferencia panafricana sobre la crisis de la deuda externa del continente y celebrar en Asunción una reunión de solidaridad internacional.

P. ¿Europa está libre de estos problemas?

R. Tenemos ejemplos en Europa, y en general en todos los países industrializados y democráticos, donde hay restricciones de los derechos sindicales. En los últimos siete años he sometido a la OIT varias denuncias con a países como Holanda, Bélgica, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá..., porque se restringe la libertad de negociación y la acción sindical. En los últimos cinco años ha sometido más denuncias que en los últimos 40.

P. Esto coincide con la crisis de afiliación que conoce el movimiento sindical en muchos países.

R. Hay un golpe en el movimiento sindical a causa de la crisis económica de los últimos años que coincide con los grandes niveles de desempleo; esto produce, consecuentemente, una crisis de afiliación. A tales razones se añade la introducción de nuevas tecnologías y la transferencia de la actividad clásica manufacturera a regiones donde el movimiento sindical no está aún desarrollado. Es el caso de la industria del automóvil en Estados Unidos, que se ha pasado al Sur cuando era tradicional su ubicación en Detroit, y en estas áreas no hay tradición sindical.

P. Felipe González, en unas declaraciones para este periódico, distinguía dos modelos sindicales, el europeo y el latinoamericano, concretamente argentino.

R. Es peligroso hablar de modelos. Hay circunstancias históricas y sociedades históricamente diferentes. Cuando se habla de Argentina se piensa inmediatamente en el peronismo. Si miramos a Europa nos encontramos con diferentes prácticas sindicales, por ejemplo, Suecia con respecto a Bélgica. En realidad, los contextos son distintos, pero los fundamentos son los mismos: la representación de los intereses de los trabajadores. Con respecto al uso de medidas de presión como la huelga general, existen países en ambos lados del globo donde se practica mucho, y en cambio en otros nada, y esto es histórico.

Conflictos en Europa

P. ¿Tiene esta huelga una proyección internacional?R. Sí. Existe un potencial común de conflictos sociales en Europa y otros países industrializados. Los trabajadores de estas sociedades han tenido que hacer sacrificios en los últimos años y ahora se reclaman los frutos. Esto es constatable en Bélgica, Francia... España es un ejemplo sorprendente de este hecho y del descontento.

P. ¿Ha sido ésta una huelga política?

R. Es que de lo que se está hablando es de reivindicaciones de política económica y social. Los sindicatos tratan de representar los intereses de los trabajadores frente al Gobierno, al igual que lo hacen en las negociaciones colectivas frente a la empresa.

P. ¿Ha recibido contestación a la carta que dirigieron al presidente del Gobierno, Felipe González, en la que se declaraban contrarios al Plan de Empleo Juvenil?

R. Ya nos pronunciamos en el congreso celebrado en Melbourne en contra de la discriminación de la juventud, una realidad que se está haciendo patente en muchos países europeos, ya no sólo en España. En este mismo tono nos dirigimos al presidente del Gobierno, pero aún no hemos recibido respuesta alguna.

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