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"Israel debe dialogar con la OLP", afirma un experto judío

En Israel se oyen aún pocas voces en favor de un diálogo directo con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Una de ellas es la del profesor Jehoshua Porath, de la Universidad Hebraica de Jerusalén, un experto en cuestiones árabes que ha escrito múltiples obras consagradas a este tema, entre ellas, A la búsqueda de la unidad árabe y El desarrollo del movimiento nacional árabo-palestino, en tres volúmenes.

"Israel debería recoger el desafío lanzado por Yasir Arafat, poner a prueba su oferta de paz y entablar negociaciones con la OLP", ha declarado a EL PAÍS. Sin embargo, no es un optimista, y cree que el camino será largo y lleno de obstáculos. "Aceptar la oferta de diálogo permitirá superar la actual situación de impasse, pero dudo que esas negociaciones conducirán a la paz definitiva", dice.

Según Porath, Israel debe acudir al diálogo con la OLP "porque no tiene otra alternativa en el momento presente".

"Aún hace dos años, en la primavera de 1987, las negociaciones se podían haber realizado con los jordanos gracias al protocolo firmado por [el actual ministro de Exteriores y líder laborista] Simón Peres y por el rey Hussein [de Jordania]. Pero [el primer ministro conservador] Isaac Shamir rechazó esta posibilidad, que podría haber conducido a un diálogo fructífero con una delegación jordano-palestina".

Porath afirma que "el único interlocutor que ahora le queda a Israel es la OLP de Arafat". Insiste en que, sin embargo, esas negociaciones no conducirán a la paz. "La negociación con la OLP", afirma, "se estrellará en dos obstáculos mayores: los palestinos exigen el derecho al retorno de sus refugiados que emigraron en 1948 y reclaman también la parte árabe de Jerusalén. Ningún Gobierno israelí aceptará la partición de Jerusalén, como tampoco el regreso de los refugiados, que ahora son millones, porque eso significaría firmar la sentencia de muerte del Estado de Israel".

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Aunque para la mayoría estas dos cuestiones podrían parecer menores, considerando el tema central de la creación de un Estado palestino y la aceptación por parte de los palestinos del Estado de Israel, Porath insiste en que se trata de cuestiones claves en la mentalidad árabe. "Para cualquier árabe, sea palestino o no, Jerusalén es Al Qods, la tercera ciudad santa del islam, y la anulación de Israel mediante el retorno de millones de refugiados a su actual territorio sigue siendo un objetivo mayor del nacionalismo árabe, para el que la mera existencia de Israel es una espina clavada en el cuerpo de la umma, la nación árabe".

Porath no se alinea, sin embargo, con los que en Israel creen que la oferta de paz formulada por Arafat es una simple maniobra para separar a Estados Unidos, adormecer a los israelíes y preparar, de hecho, la destrucción final del Estado israelí. "Se trata, simplemente, de un escenario posible", dice.

"Yo insisto en que el Gobierno israelí debe recoger el desafío planteado por Yasir Arafat, explorar sus intenciones reales y obligarlo a mostrar sus cartas. Si mi escepticismo fuera infundado, sería el primero en reconocerlo. Podríamos, en ese caso, dedicarnos de lleno a la construcción de la paz, apoyados por las garantías necesarias. Éstas son, en primer lugar, la desmilitarización de todos los territorios evacuados por nosotros, en el marco de cualquier tratado firmado con la OLP. Siendo realistas, los sueños deben ser dejados para el futuro".

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